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Feijóo y Abascal viran la estrategia del 23J alarmados por las encuestas en pleno choque PP-Vox

PP y Vox rebajan el tono para "centrarse" en criticar a Pedro Sánchez.

PP y Vox rebajan el tono para "centrarse" en criticar a Pedro Sánchez.
Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal en una imagen de archivo. | EFE

La precampaña del 23-J parece que se les atraganta a PP y Vox después de la victoria del 28-M. En lugar de seguir con la inercia de las municipales y autonómicas, aprovechando su marcado carácter nacional, ambos partidos han optado por frenar en seco para ir a la confrontación directa, con Extremadura como catalizador de sus discrepancias. Una estrategia de la que sólo está sacando partido Pedro Sánchez, lo que ha motivado la rápida reacción de Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal para evitar el desastre.

Ambos han reconducido sus discursos en las últimas horas para centrarse en criticar al Gobierno, al que Feijóo ha reprochado estar conduciéndonos al "declive" y Abascal ha acusado de "poner en peligro a las mujeres", presentando a Sánchez como "el líder de La Manada" por soltar violadores y pederastas. Un giro de guión después de días de enfrentamientos entre ambos partidos, que han acabado provocando una caída en las encuestas.

Después de una campaña centrada en hablar de Bildu como socio del Gobierno, del desprestigio de instituciones como el CIS o del deterioro de la Justicia con la toma del TC, la nueva contienda electoral viene marcada por las diferencias existentes entre PP y Vox a la hora de referirse a la violencia ejercida contra las mujeres como "violencia machista" o "violencia intrafamiliar".

En paralelo a este choque, Pedro Sánchez protagoniza un periplo mediático para decir que no ha gobernado con Bildu y presentarse como víctima de una supuesta campaña de desprestigio contra él, en la que habrían participado incluso los medios de comunicación.

Ante la previsión de un posible desastre, Feijóo y Abascal han tomado las riendas de las situación y en las últimas horas han rebajado el tono de sus declaraciones. El presidente del PP abría la puerta el pasado viernes a un acuerdo con Vox, lo que forzaba a la extremeña María Guardiola a plegar velas aprovechando la salida de su asesor en comunicación, Martinez-Vares, a raíz de la publicación de unos audios en los que evidencia su odio a Vox y Santiago Abascal.

La candidata pasaba de prometer no gobernar con un partido que "no reconoce la violencia machista, deshumaniza inmigrantes y tira a la basura la bandera LGTBI", a ofrecer "respeto" por sus votantes y defender un entendimiento. Un cambio de guión en el que ha intervenido directamente Feijóo, que ha pasado de señalar a Abascal por exigir cargos en Extremadura de manera desproporcionado a su resultado, a dar un toque de atención a los suyos: "Debemos centrarnos en lo que los ciudadanos nos piden y es: por favor, venga usted a solucionar problemas y no a crearme más problemas de los que tengo", decía desde Barcelona.

Aunque el presidente del PP camuflaba sus palabras hablando de Cataluña y el desafío separatista, el hecho de que se produjeran apenas unas horas después de la rectificación de Guardiola no parece casual, precisamente cuando se cuestiona la gestión del resultado del 28-M hecha por su candidata, que ha comprometido no sólo los pactos municipales alcanzados entre PP y Vox en esta comunidad, sino a líderes regionales como el valenciano Carlos Mazón, además de los acuerdos que se negocian en Aragón y Baleares.

Se trata de un choque que no sólo rechaza el electorado, como admitió el propio Feijóo cuando dijo que "hay desconcierto entre los votantes", sino que sitúa en una posición muy difícil al presidente del PP de cara a una futura negociación con Vox tras el 23-J, cuando una de sus líderes autonómicas ha insinuado que se trata de un partido machista, homófobo y racista.

En pleno choque entre ambos, Santiago Abascal hizo también un gesto que no pasó desapercibido en el PP al reconocer que "la violencia machista existe", aunque rechazando la "violencia de género" por ser un "concepto ideológico". Desde entonces, el líder de Vox ha insistido en su "mano tendida" para seguir negociando, exigiendo siempre "respeto hacia sus votantes".

En lugar de propiciar una escalada verbal, Abascal acogía de buen grado el comunicado de rectificación emitido por Guardiola, valorando que se trata de "un buen paso", con el objetivo de templar ánimos tras una precampaña errática en la que la actualidad ha estado marcada por el permanente cruce de declaraciones entre PP y Vox. Ambos parecen, ahora, haber alcanzado un pacto de no agresión en los próximos días para evitar perjudicar sus expectativas electorales y evitar brindar en bandeja al PSOE la victoria del 23-J.

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