Menú

El Gobierno sigue sin liberar al español detenido en la cárcel más salvaje de Irán tras una falsa acusación de espionaje

Santiago Sánchez Cogedor fue arrestado hace nueve meses tras fotografiarse junto a la tumba de Masha Amini cuando se dirigía a Qatar a ver el Mundial.

Santiago Sánchez Cogedor fue arrestado hace nueve meses tras fotografiarse junto a la tumba de Masha Amini cuando se dirigía a Qatar a ver el Mundial.
Santiago Sánchez Cogedor, el español detenido en Irán cuando se dirigía a Qatar | Instagram

Aunque la política exterior apenas está teniendo protagonismo en esta campaña electoral, lo cierto es que son muchos los conflictos diplomáticos que España mantiene abiertos con los países de nuestro entorno. Algunos copan titulares puntualmente. Otros, sin embargo, parecen haber caído en el olvido para desesperación de sus protagonistas. Tal es el caso de Santiago Sánchez Cogedor, el español detenido en Irán el pasado mes de octubre bajo la sospecha de que podría tratarse de un espía.

El aventurero -y aficionado del Real Madrid- se dirigía a pie hacia Qatar para ver el Mundial, pero a su paso por Irán se fotografió junto a la tumba de Masha Amini, la joven asesinada por el régimen de los ayatolás por no llevar el velo correctamente, lo que, según Exteriores, pudo haber sido su perdición. A pesar de que el Gobierno se comprometió con sus familiares a hacer todo lo posible para aclarar lo sucedido y proceder a su pronta liberación, lo cierto es que, nueves meses después, este joven de Alcalá de Henares sigue detenido en la cárcel más salvaje de Irán, una prisión donde el Observatorio de Derechos Humanos asegura que hay una sala de tortura, en la que no faltan eclectroshocks y camas de alambre para flagelar a los presos con cables.

"La diplomacia precisa de discreción para ser eficaz", le espetó José Manuel Albares al Partido Popular a principios de año. Desde entonces, un manto de silencio parece haberse apoderado del caso. Ni la oposición ni la familia de Santiago tienen novedades. No hay acusación formal, ni juicio a la vista, ni el Gobierno ha dado esperanzas a sus allegados de poder aclarar una polémica totalmente artificial a corto plazo.

Una aventura solidaria

El 7 de enero de 2022, este joven aventurero inició una campaña solidaria que le llevaría a recorrer a pie los 7.000 kilómetros que separan Alcalá de Henares de Doha para ver al Real Madrid y, de paso, ir aportando su granito de arena en las zonas más desfavorecidas que encontrara en el camino. No era la primera vez que lo hacía, pero la diferencia es que en 2019 lo había hecho en bicicleta.

santiago-sanchez-cogedor-iran-11072023.jpg
Santiago Sánchez Cogedor, a su llegada a Irán

A pesar del cansancio acumulado, todo parecía ir según lo previsto, hasta que el 2 de octubre Santiago llegó a Irán. El país bullía en medio de las protestas contra el régimen por el asesinato de la joven Masha Amini y, de un día para otro, su familia perdió el contacto con él. Después de varias semanas de incertidumbre, descubrieron que había sido detenido y encarcelado en la prisión de Tabriz, en la provincia de Azerbaiyán Oriental. Tras la mediación del embajador español, un fiscal iraní le prometió que sería liberado lo antes posible y acordó su traslado a Teherán. Era diciembre y, sin embargo, lo peor estaba aún por llegar.

La cárcel más salvaje de Irán

Efectivamente, Santiago aterrizó en Teherán, pero fue a parar a Evin, considerada la cárcel más salvaje del país. Rodeada por un campo de minas, la prisión ha sido escenario de numerosas muertes en extrañas circunstancias. Los informes de Amnistía Internacional denuncian "un terrible nivel de brutalidad" y, según el Observatorio de Derechos Humanos de Irán, la cárcel cuenta incluso con una sala de tortura en el sótano, en la que no faltan eclectroshocks, camas de alambre para flagelar a los presos con cables y ganchos para colgar a los prisioneros.

Las primeras seis semanas, el español recayó en un módulo de aislamiento, del que apenas le sacaban 10 minutos a la semana para pasear entre cuatro muros y donde perdió toda esperanza. Una luz cegadora le impedía dormir, no tenía agua corriente ni mucho menos un aseo al que recurrir. Afortunadamente, consiguieron sacarle de ahí y, en estos momentos, se encuentra en un módulo compartido con otros presos, donde trata de que los días pasen lo más rápido posible hasta que alguien le diga que, por fin, su caso se ha aclarado.

Según ha podido saber Libertaqd Digital, ya tiene acceso al economato y a una tarjeta telefónica que le permite contactar con su familia de vez en cuando. Sin embargo, nueve meses después, sigue sin saber cuándo podrá poner punto y final a un viaje que comenzó con el objetivo de cumplir un sueño y que ha terminado convirtiéndose en una auténtica pesadilla.

Temas

En España

    0
    comentarios