A partir de las 12:00 de este martes, el Congreso de los Diputados vivirá su primer pleno multilingüe. Gracias a una resolución de la presidenta de la Cámara, Francina Armengol, los diputados que intervengan en el debate sobre la reforma del Reglamento ya podrán usar las lenguas cooficiales de las diferentes autonomías, sin necesidad de esperar al resultado de la votación o a que la modificación entre en vigor.
El equipo de Armengol ha ido improvisando en las últimas horas y su hoja de ruta inicial (traductores prestados del Senados y auriculares reciclados) se ha visto trastocado con el consiguiente aumento del presupuesto.
Al final, será un equipo de autónomos los que se encargarán de ir traduciendo las diferentes intervenciones. Como en el Congreso todavía no hay cabinas de traducción, se ha optado por el teletrabajo. Cada uno de los doce intérpretes cobrará durante estos días entre 80 y 100 euros la hora. Al ser contratos menores, no han salido a concurso.
Más complejo ha sido la gestión de los auriculares para que los diputados puedan entenderse. La idea original era buscar en el almacén del Congreso y reciclar los que se usaron, por ejemplo, durante el discurso del presidente de Ucrania, Volodomir Zelenski. El problema es que en las cajas sólo había 200 pinganillos. O lo que es lo mismo: poco más de la mitad para los 350 asientos.
A estos hay que sumar los que hay que distribuir a la taquígrafas, tribuna de invitados o periodistas. En total: casi 650, de los que 450 auriculares que se han comprado in extremis por 7.600 euros. A estos hay que sumar, los alquileres de transmisores, sistemas de radiofrecuencia y petacas. Fuentes del Congreso explican que costarán 45.000 euros hasta final de año.
¿Más lenguas?
Los letrados del Congreso ya advirtieron que una semana era un tiempo más que insuficiente para convertir la Cámara en multilingüe y cifraron en seis meses el plazo mínimo para su conversión.
Además, la presidencia de la Cámara dejará a los diputados hablar en aranés, asturiano y aragonés siempre y cuando se "autotraduzcan". Esto último es lo que ya ha empezado el diputado de Sumar, Jorge Pueyo, en la sala de prensa donde está usando términos en "fabla".