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El PSOE espera un efecto llamada tras su pacto con Sumar y una investidura antes de mediados de noviembre

Los socialistas restan importancia a la votación del Consell de la República por su baja participación

Los socialistas restan importancia a la votación del Consell de la República por su baja participación
Pedro Sánchez y Yolanda Díaz presentan su pacto | EFE

Ronald Reagan, que antes de político pasó por Hollywood, se preguntó en una ocasión: "¿Cómo puede un presidente no ser actor?". La cosa pública requiere de ciertas dotes para la interpretación. A la líder de Sumar, Yolanda Díaz, no se le conoce un pasado sobre el escenario pero nadie, ni siquiera en el PSOE, dudan de sus capacidades para la simulación.

No es la primera vez que sale a negar un acuerdo que ya está cocinado. Volvió a suceder este lunes cuando el portavoz de Sumar, Ernesto Urtasun, salió a aseguran que estaban "lejos" de un acuerdo. Nada más lejos de la realidad. Sólo quedaban unos flecos que, ese mismo día, Yolanda Díaz y Pedro Sánchez estaban ultimando. Los últimos detalles quedaron para dos de los principales negociadores: la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, y el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez.

Los últimos escollos

En el PSOE querían quitarse el pacto con Sumar durante esta semana. De ahí que metieran "el turbo" durante el sábado y el domingo aunque ya llevaba unos días "maduro". Uno de los últimos escollos era la reducción de la jornada laboral "sin reducción salarial". Al final, el acuerdo llegó con una cifra: 37 horas y media. Su aplicación se producirá de forma progresiva. En 2024, bajándose a 38 y media. La hora restante se aprobará en 2025.

Durante las últimas semanas, PSOE y Sumar también chocaron sobre el reconocimiento del Estado de Palestina. La solución que encontró Ferraz fue remitirse a una resolución aprobada por el Congreso en 2014. En ella, se sientan las bases para un reconocimiento del estado de Palestina pero tras un proceso de negociación "entre las partes que garantice la paz y seguridad para ambas".

Reciclando lemas

Los últimos detalles en cerrarse fueron más bien cuestiones estéticas como el lema bajo el que se presentaría el acuerdo. A los de Sumar no les convencía ningún eslogan hasta que el PSOE decidió proponer uno más: "España avanza". Todo un gol por la escuadra a los de Díaz. Lo que estaba haciendo Ferraz era reciclar una de las consignas de la última campaña de Pedro Sánchez. En el socio minoritario no se percataron y le dieron luz verde.

A las 22:30 de la noche todo estaba listo pero, por cuestiones de comunicación, se aplazó su anuncio a las 7:50 de la mañana. El objetivo estaba claro: que todas las radios abriesen su "prime time" con el anuncio del pacto entre PSOE y Sumar. El objetivo ahora de los socialistas es que esto "anime al resto" de los socios.

Ahora, sólo queda la consulta a la bases del PSOE para que ratifiquen el pacto. Este sábado, habrá Comité Federal para organizar la consulta a los militantes sobre el pacto presentado este martes.

Y Puigdemont lo revienta

La ceremonia de Sánchez y Díaz, con visos de boda civil, tiene un problema: son 152 escaños, lejos de los 176 de la mayoría absoluta. Necesitan el respaldo de Junts, ERC, Bildu y PNV. El jarro de agua fría llegaba por la tarde. El llamado Consell de la República de Puigdemont anunció que un 75% había votado a favor de bloquear la investidura. En Ferraz le restan importancia y ponen el acento en la baja participación: 4,45%.

El optimismo se extiende por el PSOE donde incluso se atreven a especular con fechas para la investidura. No ocultan que "lo ideal" sería la semana del seis de noviembre ya que Sánchez tiene que acudir el 10 y 11 al congreso del Partido Socialista Europeo (PES) en Málaga. Su presencia ya investido sería un broche de oro a la semana pero saben que la fecha final no depende de ellos.

Los socialistas anticipan para los próximos días una especie de "dominó" donde los distintos socios irán desvelando su voto favorable. Se sabe el de Bildu, que hace tiempo que despejó la incógnita, pero todavía queda el de ERC o el de Junts. En el equipo negociador afirman que "no hay ninguna maría" pero saben que lo más complicado es el tema catalán.

Hasta no hace mucho reconocían que los socios separatistas seguían "en posiciones de máximos". Ahora, aseguran que "está mejor de lo que parece", pese al portazo de Puigdemont. Quizás es todo teatro, ya han demostrado que la política requiere siempre de capacidades para la simulación.

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