Menú

El PSOE busca otra estrategia para movilizar a su electorado tras constatar que los pélets "no son el Prestige"

Los socialistas creen que la mayoría absoluta se decidirá por "uno o dos escaños" y aspiran a dar "un match ball a Feijóo".

Los socialistas creen que la mayoría absoluta se decidirá por "uno o dos escaños" y aspiran a dar "un match ball a Feijóo".
El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez (i) acompañado por el candidato socialista a la presidencia de la Xunta de Galicia, José Ramón Gómez Besteiro. | EFE

Pocas comunidades se le resisten tanto al PSOE como Galicia. Los socialistas sólo han estado en el Gobierno autonómico en dos ocasiones. Una, cuando llegaron, mediante una moción de censura, en 1987 aupando a Fernando González Laxe al frente de un precario tripartito. La otra cuando, tras quedar segundos en las elecciones de 2005, armaron un Gobierno de coalición con el BNG y con Emilio Pérez Touriño al frente.

Tampoco parece que esta ocasión vaya a ser propicia ya que todos dan por seguro que los nacionalistas de Ana Pontón quedarán segundos. "El BNG está muy fuerte", es la sensación unánime en el socialismo gallego donde creen que el partido a su izquierda superará con facilidad los 20 escaños, en la actualidad tiene 19. Los de Pontón quieren aproximarse a los 25-26 asientos en el Parlamento gallego pero, algunos más cautos, creen que ya han tocado techo en torno a los 23.

"Un buen candidato"

La otra sensación unánime es que, tras años de travesía por el desierto, el PSdeG por fin tiene un "buen candidato": José Ramón Gómez Besteiro. Capaz de pescar en el caladero popular ante un BNG que, pese a tener transferencia de voto socialista, no es tan "transversal" como el candidato socialista. Incluso José Luis Rodríguez Zapatero dijo, durante la inauguración de la convención de este fin de semana, que tenía "hechuras" de presidente de la Xunta.

Besteiro no es nuevo, ya fue líder de los socialistas gallegos hasta 2016, cuando se apartó tras ser imputado por la juez Pilar de Lara por unos delitos de los que luego salió absuelto y las causas fueron archivadas. Ahora, tras su regreso a la política, muchos creen que le ha faltado "tiempo" para asentarse como líder del PSdeG, pese a que Sánchez le promocionó primero como Delegado del Gobierno y más tarde como diputado en el Congreso.

El problema al que se enfrenta la izquierda es uno: la división del voto. La decisión de Sumar y Podemos de concurrir por separado lastra al PSOE y BNG que creen que perderán muchos votos por el camino. Los socialistas auguran que es muy complicado que obtengan representación, aunque Sumar estaría en mejores condiciones, pero alertan de que Marta Lois, la candidata de Yolanda Díaz, no es conocida y no tendrá movilización entre el voto progresista.

Los pélets no son el Prestige

Pese a todo, en el PSOE aspiran a que la noche del 18 de febrero la izquierda consiga la mayoría absoluta. Se aferran a que "Rueda no es Feijóo", al desgaste de quince años de gobiernos populares y a la división del voto en la derecha. Vox tendría muy difícil conseguir representación pero le podría hacer "un roto" al PP.

La otra incógnita es la candidatura del alcalde de Orense, Gonzalo Pérez Jacóme, que pesca en el caladero popular y podría sacar representación "o quedarse en un 4%". Este es el escenario mejor para los socialistas ya que no sacarían representación y el PP perdería un asiento decisivo por esta provincia.

Nacionalizar la campaña

En Ferraz creen que todo será cuestión de "uno u dos escaños". Lo que está claro es que la crisis de los "pélets" en las costas gallegas, pese a la insistencia de la izquierda, no se ha traducido en un descenso de votos del PP que sigue en la horquilla de los 39-40, por encima de la mayoría absoluta que está en 38. "Los pellets no son el Prestige", sentencian algunos de los fontaneros del PSOE que piden una nueva estrategia.

Los socialistas quieren nacionalizar la campaña para así conseguir movilizar hasta 5 puntos de voto entre los progresistas. Las encuestas que manejan en Ferraz son claras: los votantes de izquierdas se movilizan más en las elecciones generales y, en cambio, tienden a quedarse en casa en las autonómicas.

La estrategia que seguirán ahora es la de movilizar a los ministros y a Pedro Sánchez para resucitar una confrontación bipartidista en Galicia que contribuya a despertar al abstencionista que tiende a quedarse en casa. Saben que es "difícil" pero es la única manera de tratar de arrebatar un gobierno clave para la planta noble en Génova. "Si lo logramos, habremos hecho un match ball a Feijóo", sentencian en el entorno del presidente.

Temas

En España

    0
    comentarios