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Sánchez clausura una Convención autocomplaciente pero reconoce el fracaso educativo de España

Sánchez anuncia un plan de choque en matemáticas y compresión lectora para intentar atajar el hundimiento de España en el informe PISA.

Sánchez anuncia un plan de choque en matemáticas y compresión lectora para intentar atajar el hundimiento de España en el informe PISA.
Pedro Sánchez junto al candidato del PSOE en Galicia, José Ramón Gómez Besteiro | EFE

Frente a la inestabilidad interna que azota a su Gobierno, Pedro Sánchez cuenta con la calma interna de su partido. Sin apenas poder territorial, el PSOE se debe al Gobierno de España como principal baluarte. El partido cierra filas con el secretario general tras ejecutar una remodelación en su Ejecutiva que elimina cualquier posible sector crítico.

Esta es la principal conclusión de la Convención Política que los socialistas han celebrado durante los días 19, 20 y 21 en La Coruña que ha servido como pistoletazo de salida a la campaña de las gallegas, vascas y europeas que se celebrarán este año.

Entre los anuncios, Pedro Sánchez confirmó que en los próximos Presupuestos habrá "un refuerzo en matemáticas y comprensión lectora", justo en los puntos en los que España ha caído más en el informe PISA, obteniendo el peor resultado de la historia de nuestro país.

Se tratará de un plan que incluirá desdobles de aulas, refuerzos a los alumnos con dificultades y un plan de formación contra el profesorado. El coste estimado superará, según fuentes del ministerio de Educación, superará los 500 millones de euros y que se aplicará entre tercero de primaria y finales de la ESO

Un anuncio que viene a alejar la imagen de cesión ante sus socios de cara a la elaboración de las cuentas que podría culminar en el próximo mes. Sánchez trata de volver a poner el foco en la política social y alejarlo de cualquier tipo de concesión en materia territorial a sus socios separatistas.

El implícito reconocimiento sobre el fracaso educativo fue la única concesión a que algo va mal en España y contrastan con lo que vivido durante los últimos días en la ciudad gallega donde se ha visto una Convención autocomplaciente, obviando los temas más incómodos y cerrando filas con el programa y Gobierno de Pedro Sánchez. "España va en la buena dirección", afirmaba el presidente del Gobierno.

Obviando temas incómodos

De hecho, la amnistía fue la gran ausente de la Convención, como si la cesión ante los separatistas ya estuviese amortizada. El presidente de Asturias, Adrián Barbón, lo justificaba a la entrada porque "una vez que la militancia habló, ya no hay debate". Se refería a la consulta que se celebró sobre el pacto con Sumar y que, pese a que no incluía la amnistía en la pregunta, muchos creen que fue un aval a Sánchez para que negociase con Puigdemont.

El presidente sólo hacía una mención durante su discurso a la tensión territorial para reprocharle al PP que "no une España" por "los recortes, la corrupción o la guerra sucia de Rajoy o la amenaza del 155 permanente"

Tampoco hubo sorpresas en la actualización del ideario que se ha aprobado en la Convención. Un proyecto continuista, sin rupturas y que viene a avalar el programa electoral con el que Pedro Sánchez concurrió durante las últimas elecciones, a excepción de la abolición de la prostitución que vuelve a incluirse en los documentos internos, pese a que no cuenta con el respaldo parlamentario para sacarlo adelante.

El líder socialista prometía que "darán la batalla de las ideas", tras la primera Convención desde hace 10 años", que la defendía como "una puesto a punto" para dar "un impulso de país".

A por Galicia

Más protagonismo tuvo la precampaña de las elecciones gallegas durante este acto celebrado en La Coruña. Sánchez trató de insuflar "ánimos" a las bases añadiendo que, pese a las encuestas, "el cambio es posible" en Galicia para acabar con un Gobierno "instalado en la desidia". Los socialistas se encomiendan a un cambio en el Ejecutivo autonómico si la participación es masiva.

Durante su discurso, Sánchez arremetió contra el Gobierno de Alfonso Rueda por la crisis de los pélets. "Las playas son competencia de la Xunta y los mares del Gobierno", aseguró antes de conectar en directo con el candidato socialista en Galicia, José Ramón Gómez Besteiro, que se encontraba en una manifestación en Santiago de Compostela.

Una nueva ejecutiva

Tampoco hubo sorpresas en los cambios internos y la lista propuesta por Pedro Sánchez para remodelar parte de la Ejecutiva del PSOE salió adelante con una abrumadora mayoría de los votos en uno de los Comités Federales más rápidos que se recuerdan y que sirvió como cierre de la Convención. No llegó ni a una hora. Entre las novedades, el nombramiento de la diputada por Burgos, Esther Peña, como nueva portavoz del partido y la entrada en la Ejecutiva de varios ministros como Óscar Puente, Elma Saiz, Jordi Hereu, Teresa Ribera o Ana Redondo.

Entran así al núcleo del partido en el que ya están otros miembros del Ejecutivo como Pilar Alegría, Félix Bolaños, Diana Morant o la vicesecretaria general y vicepresidenta primera, María Jesús Montero, quien en su discurso del cierro habló del "orgullo, alegría y referencia" que sienten en el PSOE al tener a Pedro Sánchez como presidente por, entre otras razones, "ser la primera voz que alzó la voz" para poner "límites a Israel".

Del órgano interno salen, por ejemplo, Andrea Fernández, que será sustituida en Igualdad por la ministra del ramo: Ana Redondo. La diputada leonesa era una de las últimas personas de confianza que le quedaban a la exvicesecretaria general, Adriana Lastra, dentro del corazón del partido.

Fernández tampoco supo disimular sus simpatías por las que, otrora, fue la máxima responsable de Ferraz. También abandona la Ejecutiva Mayte Pérez, portavoz del PSOE en las Cortes de Aragón y exconsejera de Presidencia y mano derecha del crítico Javier Lambán. Ahora, con una Ejecutiva 100% sanchista, Sánchez asume el control total del partido sin voces críticas que respondan a cuotas territoriales.

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