El Gobierno vivió este martes una amarga derrota parlamentaria con el fracaso de la ley de amnistía por el voto en contra del partido que se la reclamó: Junts. Los siete diputados decidieron votar en contra forzando su regreso a la Comisión de Justicia para intentar que la norma amnistíe todos los delitos del terrorismo y el de traición.
El presidente del Gobierno no pudo evitar que su rostro reflejara el varapalo político sufrido, que evidencia de nuevo la extrema debilidad de un gobierno en manos de Junts. Sánchez, que acudió al Congreso para votar, abandonó el pleno rápidamente nada más levantarse la sesión.
Fue Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, quien dio la cara tras la votación tachando de "absolutamente incomprensible" que Junts hubiera votado en contra. "La ley de amnistía entró impecable y constitucional a esta Cámara y así saldrá", dijo en declaraciones a los periodistas en el patio del Congreso después de que Junts forzara la devolución de la iniciativa a la Comisión de Justicia para seguir negociando sus enmiendas, que el PSOE, de momento, rechaza.
"Pido (a Junts) que reconsidere su posición en el nuevo trámite y que sean conscientes de que es una ley muy positiva", dijo el ministro antes de insistir en que la ley es "absolutamente impecable y constitucional".
Según Bolaños, el Gobierno y el PSOE siguen convencidos de que están haciendo "lo correcto", señaló afirmando que seguirán con la mano tendida y descartando lo evidente, que la legislatura esté en riesgo: "nos quedan tres años y medio y vamos a seguir apostando por derechos, empleo y convivencia".