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El plan del Gobierno de Baleares para acabar con la dictadura lingüística: "Las casas no se empiezan por el tejado"

El consejero de Educación, Antoni Vera, tranquiliza a las familias que exigen estudiar en español y asegura que cumplirán el pacto firmado con Vox.

El consejero de Educación, Antoni Vera, tranquiliza a las familias que exigen estudiar en español y asegura que cumplirán el pacto firmado con Vox.
Antoni Vera, consejero de Educación de Baleares | Europa Press

El pasado mes de julio, Antoni Vera (Palma de Mallorca, 1973) tomaba posesión de su cargo como consejero de Educación de Baleares, uno de los puestos más delicados del Gobierno de PP y Vox, por cuanto ambos se habían comprometido en campaña a terminar con la imposición lingüística reinante en las islas desde hace años.

Su perfil conciliador y su experiencia en el sector educativo llevaron a Margarita Prohens a encomendarle una labor en la que numerosas familias que, día tras día, sufren los desmanes del sector catalanista habían depositado todas sus esperanzas. Siete meses después, sin embargo, muchas de ellas dicen sentirse abandonadas por un Ejecutivo que, por ahora, sigue sin garantizar que aquellos que lo deseen puedan estudiar al menos el 25% en castellano, tal y como dictaminó la Justicia en Cataluña.

Desde el Gobierno autonómico, no obstante, ponen en valor los dos grandes pasos que han dado para acabar con la imposición lingüística: la elección de la primera lengua de enseñanza a los 3 años y un plan piloto para primaria y secundaria que permitirá a los alumnos elegir en qué lengua cursar determinadas asignaturas troncales.

P: ¿Cómo se va a articular exactamente este plan?

R: Lo primero que hay que decir es que es un Plan voluntario de Elección de Lengua de enseñanza, que va dirigido el primer año a Primaria, donde podrán elegir la lengua de Matemáticas y Conocimiento del Medio y, el segundo año, a Secundaria, donde podrán elegir entre Matemáticas, Geografía e Historia y una asignatura del ámbito científico o tecnológico, es decir, Biología, Física y Química o Tecnología, porque en Secundaria, según los años, varía la materia. Y, después, ya el tercer año, se haría una evaluación a través del Instituto de Evaluación y Calidad Educativa, que es un organismo que depende de la Consejería de Educación. Las características del plan son muy claras. Primero, voluntariedad: se van a adherir los centros que quieran adherirse. Segundo, autonomía: se garantizará la autonomía del centro y la autonomía pedagógica. Y tercero, respeto absoluto a la normativa en materia lingüística.

P: Sin embargo, a pesar del entusiasmo con el que ustedes han presentado este plan, parece que no ha convencido a nadie: ni al sector catalanista, que lo considera una amenaza, ni a aquellos que esperaban de ustedes una férrea defensa del castellano y que denuncian que esto se queda corto.

R: Nosotros tenemos un decreto de mínimos que fue aprobado en el año 1997, que establece que se tiene que garantizar un mínimo del 50% en lengua castellana y un mínimo de 50% en lengua catalana. Con este plan piloto, nosotros seguimos el espíritu de este decreto: garantizamos que la lengua vehicular de asignaturas con un peso académico más grande, como las mencionadas, pueda ser tanto el catalán como el castellano y, por otra parte, damos cumplimiento a nuestro Estatuto de Autonomía, a nuestra Ley de normalización lingüística aprobada en el año 1986 y al decreto de mínimos; es decir, que respetamos toda la normativa actual. ¿Que hay una parte de la población o, mejor dicho, del sector educativo, que no está contenta con este plan? Pues yo lo respeto, pero insisto en la voluntariedad. No vamos a obligar a ningún centro.

P: Usted pone el acento en el sector catalanista, pero yo se lo pongo en la otra parte, en aquellas familias que denuncian que ustedes les prometieron una cosa y que, ahora, precisamente por ese carácter voluntario de ese plan, entienden que aquello se desinfla. ¿Por qué se deja esa elección en los centros y no en los padres?

R: Pues mire, porque las casas se tienen que empezar por los cimientos, no por el tejado. Y, en este momento, lo que nosotros vamos a hacer es un plan piloto para ver cómo funciona esto en los centros y cómo se aplica. Es un primer paso, y después se va a evaluar y ya veremos si tiene que implantarse más o qué carencias o dificultades ha tenido. Mire, en educación no todo es blanco o negro, hay muchos matices, y nosotros vamos a buscar esos matices para poder llegar mejor a las familias, al alumnado, a los profesores y a los equipos directivos.

P: Pero lo que temen muchas familias es que, en vista de que la mayoría de los centros son catalanistas, se pase la legislatura y sigan sin tener un centro al que poder llevar a sus hijos si la elección se deja en sus manos…

R: Yo no sé cómo son los centros, ni cómo dejan de ser. En Baleares hay una gran variedad de centros, porque depende mucho de las islas, de si es un centro concertado o es un centro público… Tenemos una gran amalgama con una variedad de proyectos lingüísticos, pero lo que nosotros tenemos claro es que queremos que sea un plan piloto lo más atractivo posible. A partir de ahí, vamos a ver a ver cuántos centros se adhieren y, después, podremos volver a hablar del tema.

P: Cuando dice usted que harán que sea lo más atractivo posible, ¿a qué se refiere? ¿Se va a dar algún incentivo concreto para que los centros se acojan a él?

R: Hombre, evidentemente, si un centro se acoge al plan piloto, pues tendrá que tener los Recursos Humanos para poder aplicarlo.

P: ¿Y se va a garantizar la libre elección de centro educativo que ya funciona en comunidades como Madrid? Porque entiendo que esto es fundamental para que, si un colegio no se acoge a ese plan, la familia que así lo desee pueda cambiarse a otro…

R: La libre elección de centro es una de las premisas básicas de nuestro programa electoral. Nuestro compromiso es llegar a la zona única por municipio. Por islas no podemos porque tendríamos una movilidad muy grande, pero, la ciudad de Palma, por ejemplo, el Gobierno anterior la había dividido en 8 zonas. Nosotros, para el próximo curso escolar, la reduciremos a 2 y en el 2025-2026 la dejaremos en una.

P: A la espera de este plan, varias familias de Calviá que reclaman al menos el 25% de castellano para sus hijos han denunciado que ustedes las han dejado "tiradas" a pesar de las promesas que hicieron en campaña. Pensaron que tras su llegada al Gobierno iban a poder por fin acogerse a ese derecho y siguen sin poder hacerlo.

R: Nosotros no hemos dejado tirado a nadie. En estos momentos, su caso está en menos del Tribunal Superior de Justicia de las Islas Baleares y estamos pendientes del fallo de toda una serie de demandas que se pusieron.

P: Pero ya hay jurisprudencia en este sentido y ustedes se comprometieron a ayudar a estas familias…

R: Bueno, hay jurisprudencia con la ley catalana de normalización lingüística, pero no con la ley balear de normalización lingüística. Y, además, hay que tener en cuenta una cosa y es que, cuando se pidieron medidas cautelares, el Tribunal Superior de Justicia de Baleares las rechazó, porque dijo que se garantizaba la enseñanza del castellano según la normativa balear de educación. En este sentido, es verdad que se ha interpuesto un recurso de casación ante el Tribunal Supremo y estamos pendientes de que el Tribunal Supremo decida sobre las cautelares, pero, paralelamente, nosotros no paramos de trabajar y ahí está el plan piloto y el derecho de los padres a elegir la primera enseñanza de educación para su hijos, que es algo que hasta ahora no se había garantizado al 100% y que nosotros sí vamos a garantizar.

P: El problema es que esa medida servirá para las familias que tengan niños de 3 años a los que vayan a escolarizar por primera vez, pero no para el resto de familias a las que ustedes se comprometieron a ayudar.

R: Insisto, en estos momentos, estamos esperando el fallo del Tribunal Superior de Justicia de las Islas Baleares y, mientras tanto, hemos pactado un plan piloto voluntaria de elección de lengua vehicular que creemos que es un hito. Pero, evidentemente, también quiero decir una cosa: nuestras islas, nuestra economía, nuestro sector turístico y nuestra temporalidad hace que nosotros tengamos idiosincrasias muy diferentes en todos los centros educativos. Por tanto, todo eso también se ha de tener en cuenta. Vamos a ver qué pasa con el plan piloto, vamos a comparar resultados y, después, volveremos a poner las cartas sobre la mesa y seguiremos avanzando.

P: ¿Está siendo más difícil de lo que creía lidiar con todo este asunto?

R: Lo que está claro es que en materia de Educación tenemos muchos problemas muy grandes y, en Baleares, acrecentados por muchos más factores externos. Tenemos un problema de movilidad de profesorado, tenemos un plan de estabilización impuesto por el Gobierno central que nos ha causado grandes problemas y del que el Gobierno anterior hizo seguidismo, tenemos una Lomloe que está quitando autonomía a los centros, que está causando muchos problemas al profesorado, que tiene que estar todo el tiempo haciendo situaciones de aprendizaje en lugar de dedicado a la preparación de sus clases, y nos encontramos ante unos currículums educativos que fueron un copiar y pegar de los reales decretos estatales y que no mitigaron para nada los efectos nocivos de la Lomloe. Si a todos estos problemas nosotros le unimos el tema lingüístico, pues evidentemente tenemos una gran amalgama, pero lo que tenemos muy claro es que vamos a ir cumpliendo nuestro programa electoral.

P: Y, en este sentido, ¿cómo les puede afectar la crisis abierta en Vox?

R: Bueno, nosotros de las crisis de otros partidos no hablamos, pero nosotros tenemos un pacto de gobernabilidad, lo estamos cumpliendo y creo que en esto no va a afectar para nada.

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