La presidencia del Pacte Nacional pel Dret a Decidir fue el último cargo que ostentó Joan Rigol, expresidente de Unió Democràtica de Catalunya, del parlamento autonómico y exconsejero de Trabajo y Cultura con Jordi Pujol. Rigol fue un referente en el nacionalismo y uno de los más destacados dirigentes de Unió que dio el paso hacia el separatismo cuando se disolvió Convergència i Unió, en 2015.
Como recompensa a su trayectoria nacionalista y a fin de mostrar el carácter supuestamente transversal del independentismo, Artur Mas le premió con el cargo de presidente del Pacte Nacional pel Dret a Decidir, uno de los arietes que empleo el separatismo para impulsar el denominado Procés.
Rigol, que había sido sacerdote, fue el presidente de Unió que cedió el testigo a Duran Lleida. Marcadamente independentista, decidió abandonar el partido contrariado porque Duran y su círculo no secundaron la intentona separatista de Mas. Antes de eso presidió el parlamento catalán entre 1999 y 2003, en la última legislatura de Jordi Pujol.
Su papel en el Pacte Nacional pel Dret a Decidir consistió en dar apariencia institucional al ente y atraer hacia el separatismo a los miembros de Unió, partido que se disolvió en 2017, dos años después de la ruptura de la coalición CiU y casi en paralelo a la disolución de la Convergencia fundada por Jordi Pujol. Dicho "Pacte", en el que se integraron instituciones y fuerzas políticas, fue el impulsor del primer referéndum separatista, el del 9 de noviembre de 2014. Tras esa consulta ilegal, dio paso a otro ente llamado Pacte Nacional pel Referèndum.
Además de los cargos políticos, Rigol se distinguió por su activismo en entidades culturales como el Gran Teatro del Liceo y el Teatre Lliure. Y en el ámbito religioso se doctoró en Teología en 2009 y fue presidente del Patronato de la Sagrada Familia y del Patronato de Montserrat.