Hay una prueba inequívoca de que el PSOE está en campaña y es que han vuelto a sacar al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. El leonés ejerce de coach a la militancia y les devuelve el orgullo de partido en cada convocatoria general. Pasó en las generales, en las gallegas, en las vascas y, ahora también, en las europeas.
"Estamos ante la mejor lista al Parlamento Europeo que nunca ha presentado el PSOE", afirmaba ufano en el arranque en Valencia y donde no dejaba de lado algún dardo al expresidente del Gobierno Felipe González que, a sólo unas horas del inicio de la campaña, reaparecía para mostrar su malestar por el expediente a Javier Lamban tras votar en contra de la amnistía.
"Yo también soy de antes, aunque no lo parezca", proclamaba ante las carcajadas del público. Del Zapatero monologuista se pasaba a la candidata, Teresa Ribera, que resucitaba todo un clásico de las campañas del PSOE: el miedo a la derecha. La todavía vicepresidenta tercera se explayaba en asuntos comunitarios y en materia ecologista, obviando que los socialdemócratas gobiernan en coalición con el PPE de Ursula Von der Leyen.
Más centrado en asuntos domésticos estaba Pedro Sánchez, contra el trinomio de "Feijóo, Abascal y Ayuso", unidos en un sólo ente para fomentar la polarización. El líder del PSOE sacaba pecho por el reconocimiento de Palestina y cargaba contra los que dicen que "son amigos de los terroristas" de Hamas.
"¿Son Noruega, Irlanda, el fiscal de la Corte Penal Internacional, los 140 países que, en la última asamblea de Naciones Unidas votaron a favor del reconocimiento de Palestina todos terroristas?", se preguntaba el presidente del Gobierno ante 2.200 asistentes en Valencia.
Empate técnico
En el PSOE están relajados y se nota. Creen que, tras el periodo de reflexión, se han recuperado y han acortado distancias con el PP. Incluso se atreven a pronosticar que están casi "en impacto técnico", a sólo uno o dos escaños de los populares de Feijóo. Lo cual certifica que en la dirección del partido no se creen al CIS, que anuncia cinco punto de diferencia a favor del PSOE.
"El tsunami azul ha pasado a ser olita", añaden en Ferraz donde cifran en menos de 500.000 votos la diferencia entre ambas formaciones. Tras movilizar y crecer a su izquierda, los socialistas buscan ahora hacer una sangría al PP con dos frentes. Uno, aumentando la polarización con Vox, confrontando con Abascal y abriendo frentes como el de Milei. Dos, reconociendo que el agitador Alvise Pérez podría conseguir representación. Esta teoría la llevan barruntado en Ferraz y ahora el CIS le da alas al augurarle hasta dos asientos.
Los estrategas socialistas pronostican que Feijóo, fruto del nerviosismo, cometerá algún error durante la última semana. Aseguran que es una constante en la personalidad del líder del PP cuando ve que la izquierda se le acerca y ponen como ejemplo las generales. A diferencia de las autonómicas gallegas, en esta ocasión, los socialistas esperan rentabilizar cualquier tipo de patinazo del líder del PP.
Las relaciones con Sumar mejorarán
De momento, el único que ha cometido errores de cálculo ha sido el PSOE que, en lo que va de semana, ha tenido dos sonoras derrotas en el Congreso. Una, la ley de abolición de la prostitución. La otra, la retirada de la Ley del Suelo tras ver que podía decaer en una votación. En la dirección del partido algunos se preguntan: "¿Hay que levantar los plenos antes de las elecciones?".
Los socialistas creen que Sumar se ha opuesto "por puro tema electoral" y creen que les afecta la competición entre los de Yolanda Díaz y Podemos que, por primera vez, se miden por separado en unos comicios electorales. "Se están mirando de reojo", sentencian fuentes del partido donde pronosticas que todo volverá a la normalidad, a una cierta gobernabilidad, tras las elecciones europeas.