El Gobierno vuelve tras sus vacaciones. Moncloa y Ferraz analizan el nuevo escenario político que se abre tras la amenaza de ERC de tumbar los Presupuestos si no hay concierto económico. El PSOE y el Gobierno ya contemplan, según ha contado El País, otra prórroga presupuestaria.
Hasta ahora, Moncloa y Ferraz prometían que la actual ampliación de las cuentas de 2023 iba a ser temporal y que en 2025 se contaría con unos nuevos Presupuestos. Incluso amagaban en privado con convocar elecciones si no lo lograban. Ahora, la orden es resistir.
La primera advertencia la tuvieron este pasado mes de julio cuando, de manera sorpresiva para el Gobierno, Junts tumbó el techo de gasto como primera amenaza si el líder del PSC, Salvador Illa, era investido. Moncloa restó importancia a la amenaza, creyendo que la herida se cicatrizaría con el tiempo.
En el PSOE no ha pasado inadvertido el cónclave estival de Sánchez. El presidente se ha retirado en La Mareta junto al presidente catalán, Salvador Illa, y el expresidente Zapatero trazando una estrategia para los próximos meses.
La única declaración de la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, desató un vendaval. La andaluza negó que lo pactado con ERC, que supone la gestión del 100% de los tributos, vaya a traducirse en un cupo como el que tienen los Vascos. A las pocas horas, el partido separatista, inmerso en una crisis interna hasta su próximo congreso, amagaba con retirar el respaldo parlamentario. Lo cierto es que, además de la indignación por este cupo que pocos sabían que se iba a firmar, en el seno del PSOE hay escepticismo sobre su viabilidad parlamentaria.
En el Gobierno saben que el margen de maniobra es limitado. Siempre se habló de una legislatura de "consolidación" con "pocas leyes" pero donde se daba por seguro los Presupuestos. Ahora, tras la vuelta, Sánchez se volcará en las medidas cosméticas. Tras su regreso de vacaciones, se centrará en con la agenda internacional. El martes partirá a África para tratar la inmigración ilegal con los gobierno de Mauritania, Gambia y Mozambique.
La traducción parlamentaria es más compleja. Durante la reunión de este viernes en La Palma, el presidente canario, Fernando Clavijo, le conminó a buscar el respaldo parlamentario del PP para repartir los menores inmigrantes por la península. La idea del Gobierno sigue siendo reformar el artículo 35 de la Ley de Extranjería.
Tras la última votación, en la que Junts también se descolgó, al Ejecutivo no le queda otra que mirar al PP. Los de Feijóo nunca rechazaron de plano el respaldo a esta iniciativa para aligerar la situación de colapso que vive Canarias. Solo exigían una negociación y que el Gobierno convocase la conferencia de presidentes para estudiar los repartos. El escaso margen de maniobra les obliga a volver a mirar al PP si quieren sacar adelante alguna medida, aunque sea de urgencia.