
Alberto Núñez Feijóo se volcará la próxima semana en seguir defendiendo sus propuestas sociales, en especial las que tienen que ver con la conciliación familiar. El líder del PP iniciará la semana visitando Santander para participar en el Congreso anual que celebra la Empresa Familiar en Cantabria, donde defenderá medidas como la flexibilidad laboral, el banco de horas o las escuelas infantiles de 0 a 3 años.
Una cita que se completa con la visita a lo largo de la semana, posiblemente el miércoles, a un comedor escolar donde ofrecen desayunos para las familias que, por razones de horario laboral, no pueden dárselos a sus hijos en casa, según ha podido saber Libertad Digital. Un acto similar al que protagonizó en una escuela infantil de Guadalajara, donde estuvo acompañado por su vicesecretaria de Políticas Sociales, Ana Alós, encargada de coordinar la Ley de Conciliación del partido.
Aunque la corrupción acapara casi toda la actualidad, en el PP están convencidos de la necesidad de abrir una brecha electoral en el bloque de la izquierda a través de las políticas sociales. Un tema que siempre han abanderado PSOE y Sumar, y que verían ahora con recelo que la derecha se inmiscuya en estos asuntos con propuestas propias, para no ir a rebufo de las medidas que plantea la izquierda. De ahí que saquen pecho de la imagen de Feijóo junto a los líderes de CCOO y UGT.
Los cálculos electorales
"Desde que arrancó el curso político hay un trasvase de un 6% de voto del PSOE hacia el PP", defienden en el partido, donde advierten de que asuntos como la conciliación, la vivienda o la inmigración marcan las preocupaciones de los españoles, en especial de los más jóvenes, sector de la población que recela del bipartidismo y suele optar por formaciones nuevas.
El partido ha encargado encuestas internas que recogen que la mayoría de los votantes de PP, y también de Vox, muestran su preocupación por este tipo de asuntos, como el de la conciliación laboral, y que estarían dispuestos a renunciar a parte del sueldo a cambio de mejores horarios. "Si nos subimos tarde a esos asuntos, lo haremos sin defender nuestras ideas, sólo reaccionando a las medidas que nos presenten otros, eso es también batalla cultural", aseguran en el PP.
Su ley, en cualquier caso, apuesta siempre por el diálogo social y el acuerdo entre la empresa y sus trabajadores, sin obligar a implantar ninguna de las medidas, salvo la ampliación de los permisos de paternidad a 20 semanas, en lugar de los 16 actuales. Propuestas, todas ellas, que el PP acompaña siempre de un análisis económico para verificar su viabilidad presupuestaria.
El trauma de rozar el gobierno
Lo ocurrido el pasado 23-J sigue pesando mucho en el partido, traumatizado todavía por haberse quedado a sólo cuatro escaños de lograr la investidura. Según los análisis internos hechos tras el resultado, la formación concluye que lo poco que puedan seguir comiendo a Vox, que ronda en las encuestas los 20 diputados, perjudica al cómputo total. "Si quitamos dos escaños a los de Abascal, nos siguen faltando cuatro para gobernar, la suma sigue siendo la misma", resumen fuentes del PP.
La vía para ensanchar la base y lograr que Feijóo despegue definitivamente es hacer oposición en distintos frentes: denunciando la corrupción, a la vez que presentan una alternativa al Gobierno con propuestas transversales que no provoquen rechazo en el electorado, especialmente en aquél que siguió confiando en Pedro Sánchez hace un año. El partido sigue atribuyendo parte del fracaso al temor que infundió Vox, y que habría movilizado a la izquierda que estaba desactivada el 28-M, cuando la derecha arrasó en las CCAA.

