Sánchez diluye su primer contacto con Feijóo en quince meses reuniéndose con los grupos

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo hablarán por primera vez en quince meses el próximo jueves, en el marco de la ronda de contactos que ha puesto en marcha el presidente del Gobierno para informales de la situación en la guerra de Ucrania. Una forma de ningunear al principal líder de la oposición para negarle su papel institucional al evitar informarle en exclusiva sobre asuntos de carácter nacional.

En plena cascada de críticas al Ejecutivo por la falta de información sobre la postura que ha adoptado ante en Europa con el aumento del gasto militar, el rearme frente a Rusia y la posibilidad de enviar tropas a Kiev, Sánchez anunciaba a los medios, antes de hablar siquiera con Feijóo, que le llamaría en los próximos días. Una forma de proceder similar a la del último encuentro entre ambos cuando, antes de su investidura, transmitió a los medios que le convocaría sin haberlo hablado previamente con él o su equipo.

Se trata del enésimo desprecio de Sánchez a Feijóo, dado que lo habitual en estos casos es que los dos grandes partidos de Gobierno aborden asuntos de Estado, en especial cuando tienen que ver con el ámbito internacional y las relaciones entre países. "Es una barbaridad que el presidente trate al líder de la oposición, presidente del primer partido de España, como a una formación pequeña", critican fuentes del PP. "Esta falta de respeto no es la mejor forma de empezar un contacto si tiene que pedirnos algo", recalcan.

Feijóo criticaba este viernes desde Baleares que Sánchez pretenda además despachar el encuentro concediéndole apenas media hora. "Es posible Sánchez esté acostumbrado a tratar a sus socios con quince minutos de reunión pero el Gobierno y el PP tendrán que hablar largo y tendido de la seguridad de España, de la seguridad europea y de los recursos que se ve obligado a invertir en defensa", decía. El portavoz parlamentario, Miguel Tellado, añadía desde Burgos que este trato es "una tomadura de pelo de dimensiones siderales".

Desde el Gobierno afirmaban que el encuentro será presencial y, aunque todavía no está cerrado el formato, se prevé que, con toda probabilidad, sea en Moncloa. En el Ejecutivo restan importancia a las críticas del PP, incluyendo el reproche de Feijóo porque en la ronda no estuviese Vox. En el entorno de Sánchez defienden la actitud del presidente porque creen que el partido de Abascal ha sido "muy claro" en su postura sobre Ucrania. "Si queremos decirle algo a Putin se lo decimos a él", tercian fuentes gubernamentales.

En Moncloa ven esta ronda como una oportunidad para sondear a los partidos. "Nos permitirá ver dónde está cada grupo, su compromiso con la defensa y con Ucrania", tercian. Aunque no lo admitan, las dudas están más bien sobre algunos de sus socios, como Podemos o los separatistas. Las posición del PP está clara y está alineada con la postura que Sánchez defiende en Europa con respecto a Ucrania.

De ahí, la sorpresa por la decisión de juntar en la misma ronda a un partido alineado a estos posicionamientos con otros más críticos y que llegaron a calificar al PSOE como "el partido de la guerra" cuando comenzó la guerra en Ucrania.

Pese a todo, el presidente del PP confirmaba su asistencia al encuentro con reticencias, mostrándose escéptico ante la jugada de Sánchez, de carácter más propagandístico que con ánimo de buscar un consenso. Prueba de ello es que pedía previamente un documento para trabajar sobre el mismo, además de no fijar posición todavía hasta "conocer qué tiene que decirles".

Reuniendo a todos los grupos, desde Sumar a Junts, el PNV o el BNG, el presidente del Gobierno equipara al PP con los grupos más pequeños, minimizando así su peso en la Cámara y la posibilidad de que tenga que apoyarse en este partido para cumplir con los compromisos adquiridos ante el nuevo orden mundial impuesto por el presidente de EEUU, Donald Trump.