Pedro Sánchez asegura que las investigaciones sobre la corrupción que cerca al PSOE y su Gobierno no avanzan y que "no hay nada". Pero lo cierto es que avanzan y lo hacen con paso firme. A estas alturas, la Justicia ya ha detectado el rastro de los negocios de Begoña Gómez en cuatro ministerios más Presidencia del Gobierno.
El primer departamento es el que comandaba Teresa Ribera en su etapa al frente del Ministerio de Transición Ecológica. Víctor de Aldama denunció hace ya un par de meses que él mismo, José Luis Ábalos y Koldo García prepararon "reuniones" -en plural- entre la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, y Teresa Ribera.
"Nexo corruptor" de la trama
Mensajes posteriores de WhatsApp han certificado el contacto entre la que fuera vicepresidenta española y ahora lo es de la UE y el "nexo corruptor" de la trama, Aldama. Esas reuniones se montaron para que Begoña Gómez entrara en los negocios del mundo rural, la España vaciada y la repoblación. Todo un maná del que ya se sabe que no dejó pasar de lado la mujer del presidente del Gobierno: figura en una red denominada G-100, integrada en una empresa llamada El Hueco, que está también coordinada con la ONG Cives Mundi y que, entre todos, han logrado casi dos millones en subvenciones y patrocinios procedentes del Gobierno de Sánchez. Para colmo, el entramado cuenta con presencia en República Dominicana, uno de los países favoritos de la pareja presidencial.
El segundo departamento en el que aparece el rastro de Begoña Gómez es el que comandaba Reyes Maroto, el Ministerio de Industria y Turismo. En ese área se ubican un buen listado de movimientos estratégicos de la trama. Para empezar, era Turismo el contexto en el que Pedro Sánchez regaló una sede por 75 años a la Organización Mundial de Turismo (OMT), más 24,4 millones de euros en reformas -pese a que las reformas ya iban incluidas en el contrato del inmueble-. Y fue en Turismo donde surgieron los 42 mensajes cruzados entre Maroto y Aldama. Y también fue con Maroto con quien contó Begoña Gómez para sus actos de promoción con empresarios hispanoamericanos en las reuniones de CEAPI.
Ábalos y Air Europa
El tercer ministerio es el de José Luis Ábalos, el Ministerio de Transportes. Fue Ábalos quien lideró el contacto con Air Europa en el rescate una vez hecha la conexión por medio de Aldama. Y ese rescate es justo en el que aparece en los momentos y reuniones clave la mujer del presidente del Gobierno: desde San Petersburgo hasta Madrid. Y desde septiembre de 2019 hasta el día exacto en el que su marido se reunía en Moncloa para ver cuánto dinero asignaban al rescate de la aerolínea.
Óscar López, desde el Ministerio de Presidencia, tampoco se libra. Él era, hasta hace nada, el director del Gabinete de Pedro Sánchez y, por lo tanto, el jefe último de Cristina Álvarez, directora de Programas de la Secretaría General de Presidencia del Gobierno y bajo mando organizativo directo de Óscar López. Y esa misma Cristina Álvarez es la que acabó haciendo las funciones de asesora personal de Begoña Gómez. Sí o sí, López tenía que saberlo y tenía la obligación de evitar un uso inadecuado de su personal y recursos.
Y, dentro de Presidencia -más dentro imposible-, y en la más absoluta cabeza se encuentra Pedro Sánchez: la visita del rector Goyache para crear la cátedra de Begoña Gómez se hizo a La Moncloa; los patrocinios para esa cátedra fueron también buscados por el amigo íntimo de Sánchez, David Sanza; el regalo de la sede a la OMT fue decidido personalmente por Sánchez; Sánchez estuvo presente en el Consejo de Ministros que aprobó el rescate citado; y la promoción de Barrabés en actos públicos fue realizada en primera persona por Sánchez.