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Despacho en Ferraz y videoconferencias con Waterloo: Así consolida Zapatero su papel de embajador ante Puigdemont

El expresidente es el auténtico mediador entre Sánchez y Puigdemont

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, en una imagen de archivo. | LD/Agencias

A solo unos metros de la sede del PSOE en la calle Ferraz hay un discreto edificio burgués que, como casi todos los de esta zona, tiene un gran hall con mármol. Aquí es donde se sitúa el despacho del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. Desde aquí se divisa la sede federal del partido y que fue donde vivió y falleció el fundador de la formación: Pablo Iglesias Posse.

La cercanía de Zapatero al PSOE de Sánchez no sólo es inmobiliaria. También es emocional. El expresidente no duda en acudir a los mítines que le reclaman. "Se echó la campaña de las generales a cuestas", recuerdan todavía algunos en el partido.

A cambio, el Ejecutivo de Sánchez le agasaja con homenajes. Así sucedió hace unas semanas en el Museo Reina Sofía donde se conmemoró el 20º aniversario de "la ley de violencia de género". En ese mismo escenario, el Gobierno decidió celebrar el 50 aniversario de la muerte de Franco. En el vídeo había más escenas de Zapatero que de Felipe González y se glosaron algunas de sus hitos como la ley de matrimonio igualitario.

El presidente que salió del Gobierno por la puerta de atrás, en medio de una devastadora crisis inmobiliaria, ha visto cómo su figura se ha rehabilitado y su legado se reivindica mientras que el de otros jefes del ejecutivo, como González, pasa desapercibida para sus herederos políticos.

Asesor áulico

Zapatero es uno de las pocas personas que susurra al oído de Sánchez. De hecho, hay quien dice que, desde la muerte del empresario Miguel Barroso, es la persona que, sin cargo orgánico ni gubernamental, tiene más ascendiente sobre el actual inquilino de la Moncloa. A su favor, su línea directa con Puigdemont.

El expresidente del Gobierno no sólo habla con el fugado líder separatista. También se habría reunido con él en Suiza aunque desde fuentes próximas a los negociadores dicen que la mayor parte de las veces ha sido mediante videoconferencia. Es mediante estas llamadas cuando, como admitía el propio Zapatero en La Vanguardia, "ha cuajado una relación de confianza con Junts y Puigdemont" .

El expresidente del Gobierno entre 2004 y 2011 es una de las personas mejor informadas sobre los movimientos de Junts. También es de los que se ha involucrado en las negociaciones, como sucedió con la última cesión de competencias en materia de inmigración. Tras cerrar este acuerdo, aconsejó a Sánchez que, si no veía movimientos favorables en las próximas semanas, continuase en la prórroga porque está convencido que hay más posibilidad en 2026.

Ahora, Zapatero admite que "hay un hilo conductor que es el reconocimiento de la identidad nacional de Cataluña". A partir de ahí, cree se puede conseguir unas cuentas para el próximo año, después de dos ejercicios a base de prórroga. En el PSOE no quieren comentar estos movimientos y cómo se traduciría ese "reconocimiento".

Lo único que está claro es que Zapatero es el punto de unión de Puigdemont, Sánchez y hasta de Cándido Conde Pumpido, actual presidente del Tribunal Constitucional y Fiscal General del Estado durante su mandato. Unas conversaciones en las prima la discreción.

"Zapatero hace mucho bien a este país", admiten algunos altos cargos sin entrar a fondo de lo supondría un "reconocimiento" de la identidad "nacional". Otros, aseguran que con sus movimientos en Cataluña trata de quitarse "la espita" del Estatut. Un melón que abrió cuando todavía era líder de oposición y que acabó siendo uno de los gérmenes del procés.

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