
La elección de Dolors Montserrat para ser la secretaria general del PPE, liderado por el alemán Manfred Weber, permite a Alberto Núñez Feijóo ganar influencia en Europa, donde su relación con otro alemán, el primer ministro Friedrich Merz, afianza el eje España-Alemania que operó en los tiempos de Angela Merkel y Mariano Rajoy. El escenario, ahora, es completamente distinto, y Feijóo no es presidente, pero su peso aumenta de cara, también, a la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen.
Con ella se reunió esta semana, además de con la presidenta del Parlamento europeo, Roberta Metsola, y con las máximas autoridades europeas de Comercio y Defensa, en un momento crítico para el continente, cuando Donald Trump todavía no había concedido una prórroga para aplicar los aranceles anunciados. Un encuentro en el que abordaron este asunto y el incremento del gasto en defensa, según trasladan fuentes del PP, que destacan el valor de que, sin ser todavía presidente, Feijóo pueda tejer alianzas internacionales, especialmente en esta coyuntura.
"El PP español adquiere más influencia que nunca en Europa y vamos a utilizarla para defender el Estado de derecho, a las familias españolas y a continuar denunciando todos los tics autoritarios de Sánchez", dijo Montserrat este jueves en una entrevista en Es la Mañana de Federico, de esRadio, donde recordó que el presidente del Gobierno está poniendo en riesgo las relaciones con la UE y con EEUU por su política exterior.
En este contexto, adquiere importancia la buena relación personal que Feijóo tiene con Merz, como explicó este periódico. Cuando el primer ministro alemán todavía estaba en la oposición, ambos entablaron amistad por estar en circunstancias similares, siendo los partidos de mayor peso dentro del PPE pero que todavía no estaban gobernando. Algo que ya ha cambiado en el caso del alemán.
"Asumimos que somos minoría"
En paralelo, Pedro Sánchez está cada vez más aislado en Europa, donde empiezan a verle las costuras. Después de años obnubilados con su presencia, destacando como uno de los pocos presidentes socialdemócratas que todavía resistía la embestida de la ultraderecha, en Bruselas empiezan a mirarle con recelo, según trasladan distintas fuentes comunitarias.
La ambigüedad adoptada con el aumento del gasto en defensa empiezan despertar la desconfianza de Bruselas, cansada de los juegos del presidente español. En el Ejecutivo asumen su soledad tras la derrota de Scholz en Alemania. Apenas hay países con presidentes socialdemócratas y los pocos que quedan, como Dinamarca, están alineados con un endurecimiento en materia inmigratoria y de rearme inmediato. Esto obliga a hacer extraños compañeros de cama en algunos asuntos. Por ejemplo, Sánchez se ha alineado con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, para que no se utilice la palabra rearme o para que se computen otros gastos y ambos países se puedan aproximar al 2% del PIB en gasto militar pese a que ninguno supera el 1,4%.
En otros asuntos, Sánchez establece nuevos lazos como ha sucedido con el viaje a China. La tercera visita a Xi Jinping ha despertado suspicacias . Moncloa asegura que el viaje a Pekín se hace con el aval de la Comisión Europea pero en Bruselas no han salido a respaldarle como sí ha sucedido, por ejemplo, con el viaje de Meloni a Washington.
El inoportuno viaje a China
Este supuesto beneplácito contrasta con la llamada telefónica que Ursula Von der Leyen realizó este miércoles a Pekín para pedirle a Jinping que frene la llegada masiva de productos chinos a Europa. Si Sánchez actúa como intermediario entre China y Europa, como sostiene el Gobierno ¿por qué la presidenta de la Comisión ha decidido telefonear al presidente chino sólo unas horas antes de la llegada del presidente del Gobierno español?
En Moncloa defienden que Sánchez, con su gira, pretende "buscar nuevos mercados" y que se centrarán, no en tanto en que entren productos chinos, sino en llevar productos españoles a Asia. En el núcleo duro del Gobierno son "muy prudentes" ante la decisión de Trump de paralizar durante 90 días la aplicación de los aranceles. La contundencia, en cambio, la reservan contra el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, quien ha advertido a España de que aproximarse al gigante asiático sería "como cortarse el cuello". "Lo que faltaba, que nos digan dónde tenemos que viajar", afirman fuentes del Ejecutivo que piden "respeto a la soberanía de España".
Aunque, durante este viaje, Sánchez estará acompañado de empresarios. Según el Gobierno, entre los asistentes hay representantes de la CEOE, la Cámara de Comercio de España, ADIF, Grupo Antolín, EM&E, Indra, Palladium, PREMO, Recover, Renfe, Rolser y Talgo.
