La víctima del maltratador que cambió de sexo se queda sin protección por culpa de la Ley Trans: "Tiene mucho miedo"
La Audiencia de Sevilla acaba de dictaminar que, al ser ya una mujer, la última denuncia contra Candy no puede ser juzgada como violencia de género.
La exmujer de Candy, el maltratador reincidente que ha conseguido librarse de la Ley de Violencia de Género gracias a su cambio de sexo, se quedará sin la protección que le garantizaba el llamado sistema VioGén. Así lo ha confirmado a Libertad Digital su abogado, José Antonio Sires, quien lamenta que este agresor, que ya fue condenado y estuvo en prisión hace años, se haya salido con la suya y, gracias a la Ley Trans, haya logrado los que, a su juicio, eran sus principales objetivos: "Por un lado, la minoración de las penas futuras al no poder aplicar el agravante de género, y, en segundo lugar y no menos importante, desproteger a la víctima del sistema VioGén y, con ello, hacerle mucho más daño psicológico del que ya de por sí está sufriendo".
Tal y como apunta el propio Sires, entre otras medidas, se le retirará la asignación policial para prevenir posibles ataques. "Una de las cosas que más garantías ofrece a las víctimas es el tener contacto directo de un policía por si el agresor se acerca o hay un intento de agresión —explica el letrado—. Ahora se queda huérfana y el teléfono al que ella acudía directamente para cuando tuviera miedo o viera que podía incumplir una orden de alejamiento impuesta como cautela, ya no existe y, por tanto, tiene mucho miedo".
El caso en cuestión es especialmente polémico por cuanto Candy es lo que podría considerarse un maltratador habitual: se cambió de sexo en 2023 y en 2024 volvió a agredir a su ex, pero es que, además, ya es la tercera mujer que le denuncia: "En 2017 ya hay una víctima por la que este señor o señora cumplió pena de prisión por violencia de género; luego hay unos procedimientos con una segunda chica que están todavía pendientes de resolver; y esta cliente. la tercera, lleva 10 años padeciendo episodios y violencia continuada. Por lo tanto, entendemos que este cambio de sexo, sin ningún tipo de duda, lo que perseguía era que se sacaran estos procedimientos o estas futuras denuncias del ámbito específico de violencia de género".
Un "regalo" para los maltratadores
"Ya advertimos de que la Ley Trans es un regalo para los maltratadores habituales, porque nos dicen que, si hacen un cambio de sexo registral, eso no tiene relevancia a efectos de juzgar casos de violencia machista, pero eso es falso y lo hemos visto —subraya en declaraciones a LD la abogada feminista Paula Fraga—. Por supuesto que, si hacen el cambio con posterioridad a la comisión del delito, no tendrá relevancia, porque eso ya sería comprometer principios básicos del Estado de Derecho, pero si lo hace, como en este caso, con anterioridad a la comisión del delito, va a ser juzgado como si el agresor fuera una mujer. Por eso decimos que esta ley es un regalo para maltratadores habituales".
La letrada advierte en este sentido de que "conocemos este caso de Candy porque él mismo ha decidido hacerlo público, pero realmente son muchos más los casos de hombres autodeterminados mujeres que hacen este cambio de sexo registral para precisamente hacer lo mismo que ha hecho él: evitar el agravante de género y que las mujeres se queden sin la protección específica que otorga esta ley, como pueden ser órdenes de protección, asistencia jurídica gratuita y otras cuestiones tan necesarias para tantas mujeres en estas situaciones".
En este caso, además — y puesto que Candy ya cuenta con antecedentes penales—, puede que vaya a prisión. "Y este señor va a poder cumplir la pena en un módulo de mujeres, comprometiendo también la seguridad y la intimidad de las internas", advierte Fraga.
Las feministas tenían razón
Precisamente por eso, la jurista reclama a los principales valedores de la Ley Trans que hagan una profunda reflexión: "Debo preguntar a Irene Montero, a Ana Redondo, la actual ministra de Igualdad que mantiene esta ley, y a toda esa izquierda o seudo izquierda que se dice feminista, si nos van a seguir acusando de transfobia y de fascismo después de ver que todo lo que habíamos advertido ha pasado".
Con todo, la abogada insiste en la importancia del fallo emitido recientemente por el Tribunal Supremo del Reino Unido, que aclara que cuando la legislación británica habla de "mujer" se refiere al sexo biológico, ya que, si en España se hiciera lo mismo, la ley de violencia de género seguiría protegiendo a la víctima de Candy. Y, según Fraga, no es en lo único que nuestro país debería copiar.
"Necesitamos seguir la senda del Reino Unido que, por ejemplo, ha prohibido la hormonación a menores, que es otra de las de las consecuencias de la Ley Trans: vemos como ha habido un aumento exponencial de estos casos que yo siempre digo que no son niños o niñas trans, sino que son niños y niñas que simplemente no se ajustan a estereotipos sexistas —denuncia Fraga—, pero este transactivismo, en lugar de decirles que se desarrollen libremente, les dice que son niños y niñas en cuerpos equivocados y luego vienen leyes que así lo avalan".
Aun así, la abogada advierte de que cada vez son más los países que están dando marcha atrás, algo de lo que, a su juicio, el Gobierno debería tomar nota: "Ha pasado en Suecia, ha pasado en Inglaterra y esto tendrá que pasar en España, porque aquí no empezaremos a proteger debidamente los derechos de las mujeres hasta que no se derogue la Ley Trans".
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