
Pese a haberse convocado un total de 80 movilizaciones en distintos puntos de España, la escasa afluencia de participantes ha evidenciado el pinchazo de los sindicatos y la falta de respaldo social este 1 de mayo, con unas marchas de participación limitada y un ritmo inusualmente acelerado. En Madrid, el recorrido concluyó en menos de una hora. Pese a esta fotografía, UGT cifra la asistencia de Madrid en 50.000 personas.
De nuevo, el Gobierno ha estado más que representado en esta movilización que ha centrado las críticas en empresarios y oposición. Los dirigentes políticos así como los representantes sindicales han desviado sus discursos sobre los temas puramente laborales hacia críticas vertidas al PP al que piden altura de miras mientras el ministro Óscar López arremetía contra PP y Vox: "Los derechos de los trabajadores van a seguir avanzando en España. Mensaje a todos los fachas y ultras, que pierdan toda esperanza", decía en tono exaltado.
Una de las principales reclamaciones en esta jornada ha sido la reducción de la jornada laboral de Yolanda Díaz, que con toda probabilidad volverá en segunda vuelta al Consejo de Ministros este martes. Sin embargo, Díaz ha reconocido que aún no cuenta con el apoyo de partidos políticos imprescindibles, como Junts, para que la medida salga adelante: "Lógicamente todas las organizaciones políticas tendrán en el trámite parlamentario sus mecanismos de negociación. Cataluña es un país moderno y europeo y estoy segura que hay margen para la negociación".
Unai Sordo y Pepe Álvarez, absolutamente alineados con la ministra, hablan de "fraude de ley" si los partidos políticos optan por no apoyar esta iniciativa que busca fijar en 37,5 horas semanales la jornada laboral. También dicen que supondría un "timo para la democracia" insistiendo en que la rentabilidad empresarial permite aplicar esta reducción sin pérdida salarial, acusando a la patronal de no apostar por el "estado del bienestar" y mantener una posición conservadora.
Asimismo, se ha instado a la constitución de una mesa de diálogo social con el fin de abordar la reforma del régimen de despido, criticando que el coste del despido en España se haya ido abaratando. Sordo y Álvarez además han hecho un llamamiento para alcanzar el pleno empleo en un plazo de cinco años.
Han aprovechado la visibilidad mediática del Primero de Mayo para lanzar una dura crítica contra los partidos de la oposición, calificando a la derecha de "caníbal" y acusándola de pretender desmantelar los derechos laborales y retrotraer a la sociedad española a "las cavernas".
También han redoblado las críticas contra el Partido Popular en las comunidades autónomas en relación al reparto de menores no acompañados. "Qué vergüenza, y después van a misa, ¿no se qué coño van a hacer a misa? Deben de ir a confesarse, y a ver si así tienen algún perdón que no merecen", ha lanzado Álvarez.
A diferencia del año pasado, el Gobierno ha mostrado su división en esta convocatoria. Yolanda Díaz ha encabezado la manifestación junto a los líderes sindicales; Mónica García lideraba la pancarta de Más Madrid, mientras Óscar López y Elma Saiz hacían lo propio al frente de la del PSOE.

