Sánchez ha empezado su discurso sin dimitir por todos los casos de corrupción que le rodean. El presidente ha admitido que "confiar en ellos fue mi error, y lo hice porque en ese momento estaba convencido de que Santos Cerdán era una persona íntegra, humilde, porque no existía ningún indicio delictivo contra él. Es evidente que me equivoqué".

