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La creciente polarización política en Argentina y España, a debate en Granada

Ponencia del politólogo argentino Luis Castelli dentro del XI Congreso de la Asociación Latinoamericana de Investigadores en Campañas Electorales.

Interesante ponencia del politólogo Luis Castelli en Granada, en el marco del XI Congreso de ALICE. | Libertad Digital

La polarización política no es un fenómeno exclusivo de una nación ni de un continente. Con esa premisa, el politólogo argentino Luis Castelli ofreció una ponencia en el XI Congreso de la Asociación Latinoamericana de Investigadores en Campañas Electorales (ALICE), que se ha desarrollado recientemente en Granada. Su intervención formó parte de la mesa Gobiernos polarizantes: su impacto comunicativo en el sistema político, coordinada por los investigadores argentinos Mario Riorda y Patricia Nigro, poniendo el foco en un análisis comparativo de las dinámicas polarizadoras en Argentina y España.

Así, Castelli explicó que la polarización afectiva y la polarización ideológica son dos caras de un mismo proceso que atraviesa a las democracias contemporáneas, aunque con matices distintos en cada país. Para argumentar su exposición, el politólogo presentó los resultados de dos estudios recientes: la encuesta nacional realizada en España por el Centro de Estudios Murciano de Opinión Pública (CEMOP) y la Encuesta Nacional de Polarización Política llevada a cabo en Argentina por la consultora Vox Populi, que él mismo dirige.

"El fenómeno de la polarización atraviesa las democracias contemporáneas y se manifiesta con características propias en cada país, pero con dinámicas comunes que vale la pena observar en paralelo", subrayó el investigador.

Dos sociedades enfrentadas

En el caso argentino, Castelli señaló que la sociedad aparece marcada por una brecha profunda entre oficialismo y oposición, con un componente emocional que muchas veces trasciende la discusión de políticas públicas concretas. Según los datos recabados por Vox Populi, la identificación partidaria se ha vuelto más intensa, mientras que la confianza en los liderazgos políticos resulta cada vez más binaria: o se los respalda sin matices o se los rechaza de plano.

España, en cambio, presenta un escenario de polarización que se expresa tanto en el eje izquierda-derecha como en el territorial, con un peso significativo de la cuestión catalana y del debate sobre el modelo de Estado. El estudio del CEMOP indica que los ciudadanos españoles tienden a ubicarse en los polos ideológicos más marcados, y que las percepciones hacia los líderes de partidos como PSOE, PP o Vox están fuertemente condicionadas por emociones negativas hacia el "otro" más que por la valoración de programas concretos.

"En ambos países encontramos un patrón similar: la creciente dificultad de los ciudadanos para reconocer legitimidad en el adversario. La política deja de ser un espacio de negociación y pasa a convertirse en un campo de confrontación permanente", explicó Castelli.

Democracia y debate público

El politólogo advirtió que estos procesos no son meramente coyunturales, sino que afectan a la calidad de la democracia en el largo plazo. A su juicio, cuando la polarización avanza hasta volverse afectiva, la conversación pública se degrada y el espacio para la deliberación racional se achica.

"La comprensión de los procesos polarizantes resulta clave no solo para interpretar el presente, sino también para diseñar estrategias que fortalezcan la calidad del debate público y, en definitiva, contribuyan al perfeccionamiento de nuestras democracias", apuntó.

Castelli insistió en que entender las raíces de la polarización permite también pensar nuevas estrategias de comunicación política, menos orientadas a exacerbar las divisiones y más centradas en reconstruir consensos básicos.

Congreso marcado por la IA

El Congreso de ALICE, que cumple su undécima edición, tiene como eje temático "El gobierno de la Inteligencia Artificial". Durante unos días reunió en Granada a destacados académicos y especialistas internacionales para reflexionar sobre cómo las nuevas tecnologías transforman la política, la comunicación y los procesos electorales.

La irrupción de la Inteligencia Artificial en el ámbito electoral plantea tanto oportunidades como riesgos. Entre los temas de debate figuran la producción y circulación de información, el impacto de los algoritmos en el comportamiento ciudadano y la manera en que las campañas pueden adaptarse a este nuevo entorno digital.

En este contexto, la ponencia de Castelli sirvió como un contrapunto que recordó que, más allá de las innovaciones tecnológicas, los problemas estructurales de las democracias —como la polarización y el descrédito hacia las instituciones— siguen marcando la agenda pública.

Puentes entre la academia y la política

Los organizadores del congreso subrayaron que el objetivo de ALICE es tender puentes entre la investigación académica y la práctica política. De ahí que mesas como la coordinada por Riorda y Nigro resulten centrales: en ellas se discutió no solo desde la teoría, sino también desde los datos empíricos y las experiencias comparadas.

Castelli, que combina su rol como consultor en Vox Populi con su faceta académica, destacó precisamente la importancia de vincular los hallazgos de la investigación con el diseño de políticas y estrategias de comunicación. "Si comprendemos mejor cómo piensan y sienten los ciudadanos, estaremos en mejores condiciones de fomentar una conversación pública más constructiva", concluyó.

La intervención de Castelli fue recibida con interés por parte de un auditorio compuesto por investigadores, estudiantes de posgrado y profesionales de la comunicación política de distintos países de Iberoamérica. Su análisis, en definitiva, abrió un debate necesario sobre cómo Argentina y España, desde realidades diferentes pero con síntomas semejantes, enfrentan el reto de superar la lógica del antagonismo permanente y avanzar hacia un horizonte democrático más inclusivo.

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