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Sánchez activa el modo campaña: ataques a las CCAA del PP para zafarse del pleno sobre corrupción

Sin presupuestos y sin una hoja de ruta clara al carecer de mayorías, el Gobierno atraviesa uno de los momentos más agónicos de la legislatura.

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, camina a su llegada a la cumbre de líderes COP30 en Brasil. | EFE

Desde la tribuna de oradores, el presidente del Gobierno antepondrá los ataques al Partido Popular a cualquier explicación sobre la corrupción que lo acorrala, utilizando la sanidad y la educación como plataforma para criticar a las Comunidades Autónomas gobernadas por el PP, justo en plena campaña electoral, con Extremadura, Andalucía y Castilla y León como próximos escenarios clave.

Pedro Sánchez afronta esta comparecencia en el Congreso, la primera sin mayoría parlamentaria tras la ruptura anunciada por Junts, con aparente tranquilidad, defendiendo la "inocencia" de todo su entorno. Esto a pesar de que la financiación del PSOE está siendo investigada; el juicio contra la llamada "fontanera" del partido Leire Díez, contra su hermano, David Sánchez, contra su mujer, Begoña Gómez, y la declaración ante el Tribunal Supremo del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz.

Desde Moncloa defienden lo dicho por el presidente en El País y "asumen la responsabilidad" de estas palabras, en caso de que finalmente se dicte una condena contra García Ortiz. Insisten en decir que "no hay ninguna prueba" contra el fiscal, obviando, por ejemplo, la declaración de la fiscal Almudena Lastra que reveló haber advertido sobre la filtración de correos que perjudican a González Amador.

Escenario de la contienda electoral

El PP intentará aprovechar todos estos asuntos para mostrar la imagen de un presidente acabado, sin apoyos parlamentarios y que, a pesar de todo, se aferra al poder poniendo en riesgo la democracia con sus constantes injerencias en el resto de Poderes del Estado. Ejemplo de ello es la presión al TS asegurando que García Ortiz es inocente justo cuando se celebra el juicio.

Alberto Núñez Feijóo intentará que el presidente dé respuesta a alguna de las preguntas que sigue sin respuesta. Entre ellas, si su suegro financió la campaña de las primarias del PSOE o las incógnitas que rodean la residencia fiscal de su hermano. Asuntos que fue incapaz de responder en la Comisión de Investigación del Senado.

La intención del Jefe del Ejecutivo, sin embargo, es zafarse de todo esto y centrar la intervención en la gestión del PP en las Comunidades Autónomas, poniendo en primer plano asuntos como la dana de Valencia, el cribado de cáncer de mama o los incendios forestales, mientras elude cualquier responsabilidad sobre su propia gestión en estos temas y otros escándalos, como los fallos en las pulseras antimaltrato (que vuelven a registrar errores) el apagón o los numerosos casos de corrupción que se acumulan.

Un ensayo de la campaña electoral que arranca en diferentes comunidades, y que podría ser la antesala de las generales, dado el desgaste que sufre el Gobierno, incapaz de legislar y de sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado. Una legislatura estéril que Sánchez intentará rellenar presumiendo de supuestos logros, haciendo propaganda y, quizá, presentando los PGE como escaparate para lanzar promesas electorales.

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