mañana, cuando esperaba, junto a mi esposa, a que el semáforo se pusiera verde para los peatones, se acerca un vecino y, al mismo tiempo que pasaba en rojo, nos decía: "Cuando el semáforo está en rojo es para que pasemos sólo los que somos de izquierda". Le dije, sin moverme, porque el semáforo seguía en rojo, que yo era de izquierdas hasta que se murió Franco. El vecino volvió a mirar para detrás, al tiempo que seguía pasando en rojo, y nos dijo que a Franco la gente ahora no lo llama Francisco, ahora lo llama Agritos. Y siguió caminando tan tranquilo. O sea, ahora lo llaman Agritos Franco. Todavía a la gente le queda chispa.