Extravagancias arquitectónicas
Casas invertidas, iglesias con forma de pollo, rascacielos pixelados, torres nicho... y un silo del que podría depender el futuro de la Humanidad.
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Kárcel de libros en Kosovo
El señor que va paseando por ese campo de Kosovo (= “campo del mirlo” en serbio) no está dejando atrás la más sórdida prisión de la capital de su región o país (¡Pristina!) sino, corran a comprobarlo, la Biblioteca Nacional, que de cerca es aún más terrorífica y por dentro no-es-mejor. A vista de mirlo, sus 99 cúpulas le dan un aire muy distinto, como de Cabo Cañaveral.
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Una brocha de (hormigón y) cerveza
Este otro adefesio está en Berlín, tiene 46 metros de alto y los que saben y etiquetan dicen que es de estilo brutalista sci-fi. Perpetrado entre los años 1972 y 1976 por los arquitectos Ursula y Ralph Schuler, los berlineses lo llaman Bierpinsel por la pinta de brocha (pinsel) de afeitar que tiene y porque la idea era que acogiera bares y restaurantes donde poder hartarse de cerveza (bier). Lleva bastante tiempo en desuso, pero en 2021 lo adquirió el grupo Immoma y quizá el año que viene reabra como centro de coworking.
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La esfera republicana de un puigdemont
En 1971, el artista austríaco Edwin Lipburger ideó y construyó esta esfera para predicar con el ejemplo, y es que Lipburger sostenía que la esfera es la forma geométrica perfecta para la cosa habitacional, que diría la simpar ninistra Trujillo. Cómo no le debieron de tocar las narices al amigo Lipburger los burócratas de turno, negándole tal o cual permiso o papel, que acabó liándose la manta a la cabeza y marcándose un puigdemont. Que declaró la república, vaya. La de Kugelmugel (“colina esférica”: es que primero estuvo en un cerrillo). En 1976. Al pobre Lipburger alunado le acabaron metiendo en la cárcel (1979) por no pagar impuestos. Tres años después, las autoridades decidieron trasladar su república esférica al célebre Prater de Viena y convertirla en una suerte de atracción vallada. ”Pese a no disponer de agua ni electricidad, Lipburger siguió viviendo en la casa hasta su muerte, en 2015", refiere un muy recomendable Michael Brooks; que añade que, en su única dirección postal, Antifaschismusplatz, 2 (Plaza del Antifascismo, 2), la estrafalaria micronación llegó a tener registrados “600 ciudadanos no residentes".
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Casa estrellada: House Attack!
Como lo ven: al Museo de Arte Moderno de Viena (Mumok para los estupendOK), un día (todo otoño de 2006) le incrustaron una casita de campo en la fachada. Fue este señor, Erwin Wurm, y lo hizo para plasmar "la estrechez de mente de la vida cotidiana". No sé yo, señor Wurm, si ganaríamos mucho dando cabida en nuestros pensamientos de diario a la posibilidad de que nos cayeran del cielo meteoritos a guisa de casas de campo. Así lucía el Mumok en pleno House Attack y así luce (bastante menos) ahora.
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El Bicho
En 2003 la ciudad austríaca de Graz fue designada Capital Europea de la Cultura, y para celebrarlo se regaló este Museo de Arte (Kunsthaus) descomunal, como silúrico, al que, según la versión española de la Wikipedia, en el barrio clásico en que lo encajaron llaman “Friendly Alien"; me creo más la versión alemana, que atribuye el apodo a los creadores, los arquitectos británicos Peter Cook y Colin Fournier. De noche, el bicharraco amistoso da más bien un poco de yuyu posmoderno, con ese aspecto que cobra de torpedo nuclear formidable.
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Como unas olas
En Hamburgo, a orillas del Elba, tienen este palacio de la música al que pusieron el nombre del río, Elbphillarmonie, Elphi para quienes se cansan o le tienen cariño. Elphi no es sólo una sala de conciertos excepcional: en lo que en tiempos fue un almacén portuario y en sus muy llamativas olas de cristal alberga también bares, restaurantes, un gran aparcamiento y un hotel de 244 habitaciones. Su construcción se demoró muchísimo, casi diez años (abril 2017-octubre 2016), lo que acabó disparando los costes (de 241 a 866 millones de dólares), lo que a su vez generó vivas controversias.
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Titánico
El Titanic yace a 3.821 metros de profundidad en aguas abisales del Atlántico Norte (625 kms al sudeste de Terranova); pero en Belfast, ciudad donde se construyó, le han erigido este monumental homenaje en forma de museo inaugurado en abril de 2012, cien años después de aquel célebre y trágico viaje inaugural. Con sus más de 800.000 visitantes anuales, es el segundo lugar más visitado de Irlanda del Norte, sólo por detrás de la legendaria Calzada de los Gigantes.
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Casas como cubos
Esta floración de casas-cubo interconectadas la plantó entre 1982 y 1984 en la calle Overblaak de Róterdam el arquitecto Piet Blom, que giró 45° los cubos convencionales y los emplazó sobre pilares con forma hexagonal, detalla la Wikipedia. Son 38 las viviendas curiosonas –de unos 100 metros cuadrados, repartidos en tres plantas– de este complejo estelar, que cuenta también –en otros dos supercubos– con un par de hostales... y, en la localidad de Helmond, zona metropolitana de Eindhoven, con un hermano menos conocido y una peripecia bastante más penosa.
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La Lego-colmena de Montreal
Este mazacote que parece sacado de una película de Mad Max se le ocurrió al arquitecto israelo-canadiense Moshé Safdie, de hecho fue la materialización de su tesis doctoral. Conocida como Habitat 67, fue un pabellón de la Expo 67–que tenía por lema El hombre y su mundo– y luego ya se convirtió en un complejo residencial que llegó a tener 158 apartamentos (fusiones de por medio, ahora hay alguno menos). Uno de los áticos es del propio Safdie, que utilizó piezas de Lego en la fase de diseño y que quizá acabe viendo cómo su criatura se abre paso en la Lego Architecture: en su día, los legófilos se mostraron abiertamente partidarios.
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La Biosfera de Montreal
Como el Habitat de nuestras desazones, la Biosfera de Montreal (“no confundir con el Biodomo de Montreal", advierte juiciosamente la Wikipedia) fue construida para la Expo 67, en la que albergó el pabellón de EEUU. Tras sufrir un incendio en 1976, estuvo cerrada hasta 1990 pero ahora forma parte del estupendito Espacio por la Vida de la ciudad, que agrupa a nuestra Biosfera, el Biodomo inconfundible, un Insectarium, un jardín botánico y un planetario que se llama Río Tinto... por un gigante canadiense del aluminio.
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Cara al Sol en Erschmatt, Suiza
Aquí tienen un heliodomo, una “casa solar pasiva" diseñada para “aprovechar al máximo la radiación solar" y ahorrar un montón de consumo energético, según se informa en esta página escrita en españolo babelfish. Lo que se ve en la imagen es la parte trasera; la fachada, como sacada de una peli de James Bond ya pelleja, es ésta.
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Löyly, megasauna
En el país de los 5,5 millones de habitantes y los 3,3 millones de saunas tienen esta megasauna de cemento, acero y madera de pino y abedul. Se encuentra en Hernesaari, Helsinki, y se llama Löyly, como el vaporcito que sale de la kiuas cuando le viertes agua encima.
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Animalario corrugado
Tirau es un pueblito agrícola neozelandés (800 almas en 2018) que a finales de los años 80 del siglo pasado quiso superar su estado de postración convirtiéndose en una suerte de animalario de metal corrugado para atraer turismo local. De ahí su Casa del Perro, donde tiene instalada la oficina de información para las visitas, y su Casa de la Oveja, con cafetería y tienda de lanas y artesanías y a la que en 2016 aparejaron una Casa del Carnero. Por desgracia, The Merino Story no pudo soportar las draconianas medidas anticovid del Gobierno neozelandés y a finales de 2021 hubo de echar el cierre al negocio.
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Una cesta de 6,5 millones de dólares
Longaberger es un fabricante de cestas que tuvo la ocurrencia de instalar su sede central en un edificio con forma de cesta. Es más, a Mr. David Longaberger se le ocurrió que todos los locales de su compañía tuviesen forma de cesta. Previsiblemente, al Señor le pareció una idea bastante insensata y lo llamó a Su lado antes de que pudiera materializarla. Hoy, el Basket Building de Newark, Ohio, ya no acoge a la firma basketera y, luego de que un restaurador lunático pretendiera convertirlo en un hotel de lujo, está en venta.
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La zapatocasa-heladería del Mago de los Zapatos
Un semejante del señor Longaberger, Mahlon Haines, el Mago de los Zapatos, se plantó un día en el despacho de un arquitecto y, tras sacarse un zapato –¿les he dicho que se dedicaba a la venta de zapatos?–, dicen que le dijo: “Constrúyame una casa como éste". Y el otro fue y le hizo caso y le entregó esto, que se puede visitar (a partir del próximo 3 de marzo) en York, Pensilvania. Aprovechen, pásense por el empeine y tómense un helado: seguro que están muy ricos.
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La casa más pequeña de Gran Bretaña
Eso dicen los que leen los libros que se ocupan de estas cosas (yo la busco y no la encuentro): mide 3,05 x 1,08 metros y se encuentra en Conwy Quay, Gales, muy cerca de este castillo aparente, el castillo de Conwy. Al parecer, la casuca estuvo habitada bastantes siglos, desde el XVI hasta 1900 (¿usted es de los que proclaman que 1900 pertenece al XIX o de los que sentencian que al XX?), en que su último morador –“irónicamente, un pescador alto", puede que se adornen aquí– echó el cierre y las autoridades del lugar la declararon inhabitable. Más tarde, otras autoridades del lugar la salvaron de la piqueta y la convirtieron en lo que es hoy, una coqueta atracción turística. Por cierto, la casa de vecinos más estrecha de Europa, La Estrecha (107 centímetros), está en Valencia.
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Entre dos piedras feroces...
... alguien tuvo la idea de construir esta casita de asueto que ahora es un museo dedicado a contar la historia de la propia casa. La Casa de la Roca o Do Penedo, que dicen los portugueses. Porque resulta ser portuguesa la casa esta curiosa, cuya parte trasera, la de la imagen, tiene más prestancia que la delantera. Se encuentra en la Serra da Lameira, muy cerca de Galicia, por si quieren ir a ver... lo que jode el paisaje la enervante energía eólica.
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La casa (a la que se accede) por el tejado
En esta casa que se alza o hace el pino a los pies del monte –con sus 329 metrillos, dejémoslo en colina– Wiezyca se entra por un ventanal y se camina por el tejado. El mundo al revés, que diría un comunista al ver que el mobiliario de esta atracción turística situada en la localidad de Szymbark (Pomerania –donde los perritos–) pertenece a la época en que su ideología criminal devastó Polonia. El Centro de Educación y Promoción Regional que acoge la Casa Bocabajo ofrece también al visitante la tabla de madera más larga del mundo (36,83 metros, 1,1 toneladas de peso), una mesa que perteneció al campeón de la libertad Lech Walesa, la Casa del Siberiano ("una granja procedente de Siberia que nos recuerda la tragedia de los exiliados polacos”) y un Museo del Carpintero con 2.300 objetos.
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Krzywy Crazy Casa
También en Polonia, también en Pomerania pera esta vez en Sopot, encontramos esta casa como ultrajada por un terrorista del Photoshop, “torcida” la llaman allí (Krzywy Domek), que por lo visto es la más fotografiada del país. Es un centro comercial, y los arquitectos que la cometieron, Szotynscy y Zalesk, dijeron haberse inspirado en los dibujos de unos Szancer y Dahlberg: joder con los dúos dinámicos. Todo lo que rodea a la Krzywy Casa parece muy crazy: pásense si no por esta página, donde te empiezan hablando de ella pero lo que en realidad pretenden es alquilarte una casa en la isla de Malta.
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Casa Keret, con k de Kafka
No salimos de Polonia, porque en Varsovia hay una Casa Keret, así llamada por su primer inquilino, el escritor israelí Etgar Keret (¿muy parecido a Úbeda?, muy traducido en España), que a más de uno le llevará a pensar en otro escritor, el también judío Franz Kafka, por aquello del angst y otras angustias. El caso es que Keret parecía dormir a pierna suelta en la invisible casa emparedada (entre el deprimente bloque parduzco y el edificio de la lona publicitaria), que ni en los planos consiente dejar de ser estrecha (92 centímetros cuando más, 152 cuando menos). “La casa está clasificada como una instalación de arte, ya que no cumple con los códigos de construcción de Polonia, a pesar de que actualmente es utilizada como residencia" (Wikipedia): ahí, Colau te monta una corrala.
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La(s) torre(s) de los nichos
La Nakagin Capsule Tower (son dos en realidad) de Tokio fue concebida como referente de la arquitectura metabólica, adaptada a las cambiantes circunstancias del entorno; pero siempre fue lo que parece, un espanto claustrofóbico. Pese a lo que pretendía su creador, el arquitecto Kurokawa Kisho, ni una sola de sus 140 cápsulas (de 10 m2) ha sido jamás modificada, trasladada, adaptada en sus 50 años de existencia. Como suele ocurrir con los artefactos futuristas, el futuro le ha sentado de pena y está hecho una ruina, de hecho no se descarta que acabe siendo víctima de la piqueta o –advierten los técnicos– de un terremoto. Sigue viviendo gente en sus nichos, 20 personas según el recuento que hizo el periodista británico Justin McCurry en noviembre del año pasado.
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El rascacielos que es una puerta atravesada por una autopista
También en Japón, pero en Osaka, tienen esta Gate Tower atravesada por una autopista y fruto de un compromiso entre los propietarios del terreno, que querían construir ahí un edificio, y las autoridades, que querían que por ahí pasara una autopista. Como Japón es tierra donde se sacraliza el acuerdo, decidieron que ni pa ti ni pa mí sino para los dos. El arrendatario de las plantas 5, 6 y 7, las del boquete, es la compañía propietaria de la autopista, la Hanshin Expressway Corporation. Los ascensores del edificio no paran en ellas y pasan directamente de la 4ª a la 8ª. Luego de su terminación, en 1992, se hizo una revisión legislativa bastante amplia para impedir que cundiera el ejemplo.
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Y la arquitectura se hizo píxel
No hagan caso de las grúas ni de la poco promisoria panorámica: ese rascacielos está terminado desde hace seis años y luce así en la noche de Bangkok. El deslumbrante King Power Mahanakhon es, con sus 314 metros, el edificio más alto de Tailandia, y en sus 78 plantas y 152.000 m2 cuadrados alberga tiendas, oficinas, restaurantes, un hotel y apartamentos de hasta 17 millones de dólares. ¿Quiere darse un garbeo virtual? Pinche aquí y alucine un rato.
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Un bosque en espiral no apto para Jack Nicholson
Esta Waldspirale como urdida por Gaudí, Dalí y algún ilustrador infantil ruso se encuentra en la localidad alemana de Darmstadt (que también exhibe esta peculiar torre nupcial) y es un complejo residencial con 105 apartamentos, un laguito artificial, un parque infantil y varios bares y restaurantes. Si padece usted de TOC como aquel Jack, sería el último lugar que le recomendaría: sus mil ventanas son todas distintas y no están alineadas. También las manijas de las innumerables puertas son de su padre y de su madre.
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La casa del gángster
En un primer momento anduve buscando por los diccionarios un gagster; pero había errata: la “Wooden Gagster House" remitía a un gángster, un tal Nikolái Pétrovich Sutyagin que empezó a construirla sin orden ni concierto allá por 1992 y que, por criminal, acabó condenándose –a una larga estancia en prisión– y condenando su bastión de los horrores: en 2008, las autoridades del lugar (el gélido Arcángel ruso) ordenaron su demolición por el riesgo de incendio que representaba. Y el fuego precisamente fue lo que acabó con el cuerpo principal, una estructura de cuatro alturas, el 6 de mayo de 2012. Al parecer, en su día la Casa Sutyagin fue –con sus 44 metros distribuidos en 13 plantas– el edificio de madera más alto del mundo, “o al menos de Rusia" –se pone cautelosa la Wikipedia, que informa de que superaba incluso a la iglesia del pogost Kijí, a la que también hemos dado cabida en esta galería.
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Las iglesias de Kijí, el terror de los ferreteros
En realidad, en el pogost o asentamiento de Kizhi o Kijí, isluca del lago Onego u Onega, en la República de Carelia, Rusia finesa, no hay una iglesia sino dos, más un campanario exento –todas ellas, construcciones de madera–. La más alta (37 metros) y mayor es la de la Transfiguración, con sus despampanantes 22 bóvedas y su leyenda no menos desaforada: la habría construido el maestro carpintero Néstor (¿no se llamaría Pachi?) utilizando una sola hacha, “herramienta que luego lanzó simbólicamente al lago Onega mientras pronunciaba las palabras: ‘No hubo y no habrá otra iglesia como ésta’". El conjunto monumental del pogost de Kijí fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1990. No lo encontrarán ensalzado en Leroy Merlin: en la construcción de ninguno de sus tres edificios (Iglesia de la Transfiguración–1722–, Iglesia de la Intercesión –1764–, campanario innominado –1874–) se utilizó un solo clavo.
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'Hallgrímskirkja', monumental templo 'orgánico'
Igualmente imponente es la Iglesia de Hallgrímur (1986), que parece un órgano colosal y que homenajea en su nombre al poeta y sacerdote luterano Hallgrímur Pétursson, hijo de campanero y padre de himnos religiosos. Con sus 74,5 metros, es el edificio más alto de Islandia. La en comparación diminuta estatua que se puede ver en la parte inferior izquierda de la imagen tiene por protagonista a un hijo de Erik el Rojo, Leif Eriksson, tenido por uno de los primeros europeos en llegar al Nuevo Continente: “Fue un regalo de los Estados Unidos de América al pueblo islandés en 1930, como monumento conmemorativo del milenio de la creación del Alþingi, el parlamento más antiguo de Europa y uno de los más antiguos del mundo" (Wikipedia). Desde lo alto de Hallgrímskirkja, la capital islandesa, Reikiavik, ordenado pueblito grande, ofrece este aspecto.
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La Iglesia de Batman
El nombre oficial de este batitemplo es Iglesia del Espíritu Santo, pero también se la conoce (seguro que no) como Iglesia Makovecz, por quien se la sacó del caletre, el arquitecto Imre Makovecz. Está radicada en la localidad húngara de Paks y, aunque no lo parezca, es bastante reciente, de los años 1987-88. Los húngaros no se anduvieron con chiquitas y recurrieron a todo para sacarse de encima al siniestro Joker comunista. En la página de promoción turística de Paks se nos dice que el templo fue costeado con donaciones y que, en pleno régimen comunista, los lugareños dedicaron gratis et amore 3.000 jornadas laborales a convertirla en realidad.
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¡Esta iglesia es el pollo!
Así la llaman en Magelang, Java Central, Indonesia: Gereja Ayam. Aunque en Wikipedia nos juran que lo que pretendía el arquitecto era que semejara no un pollo sino una paloma. Poco se demanda, cabe lamentar. La cosa, va a haber que creerse, fue así: “A Daniel Alamsiah, cristiano devoto residente en Java (...), la llamada le llegó una noche de 1988 en forma de visión divina. Ante él, (...) vio un edificio con la forma de una paloma gigante en lo alto de una colina. Sería, le dijo una voz incorpórea, un lugar de culto para todas las confesiones. Y Alamsiah no sería sino el hombre que la construiría" (David Bramwell, “Wing and a prayer: the bizarre Chicken Church of Java", The Guardian, 30 MAY 2020). El bueno de Daniel se puso manos a la obra, pero los trabajos eran muchos y los gastos, más y tuvo que dejar su creación a merced de la jungla. El caso es que ya el lugar se había hecho famoso por mor de la Red y sus redes, así que –de nuevo Bramwell– “Alamsiah regresó y empezó a cobrar una pequeña entrada. Se retomó la construcción. Paradójicamente, el abandono desencadenó el renacimiento". Y es que Dios aprieta pero no ahoga, aunque le dediques una iglesia que parece gallina vieja.
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La catedral de Brasilia, muy española
Reparemos en una iglesia más, la catedral de Brasilia, de Oscar Niemeyer, omnipresente en la capital del Brasil. Construida entre 1958 y 1970, la Catedral Metropolitana Nossa Senhora Aparecida tiene capacidad para 4.000 personas (es la suya una nave inmensa, sí; pero no desangelada) y cuatro campanarios con 1) cuatro campanas españolas y 2) nombres tomados de la Virgen del Pilar (patrona de la Hispanidad) y de las tres carabelas con que Cristóbal Colón viajó al Nuevo Mundo.
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El Arca creacionista del Encuentro
En Grant County, Kentucky, pleno Bible Belt useño, se alza este pedazo de Arca del Encuentro, parque temático creacionista construido “de acuerdo con las dimensiones dadas en la Biblia" al de Noé, informan desde su página: “510 pies de largo [155 metros], 85 de ancho [26] y 51 de alto [15]". Según nuestro muy socorrido Michael Brooks, es la mayor estructura maderera exenta del planeta. En su construcción, nos cuenta Brooks, intervino un millar de artesanos amish, que procuraron sacar adelante su trabajo empleando los mismos métodos que en la antigüedad bíblica.
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Inglaterra: aquí sí hay selva (¡tropical!)
El Eden Project es un parque de atracciones naturales radicado en St. Blazey, Cornualles. “Dominado por dos enormes recintos que consisten en cúpulas geodésicas contiguas que albergan miles de especies de plantas", lees estupefacto en la Wikipedia, “cada uno emula un bioma natural", en el mayor de los cuales se encuentra “la selva tropical interior más grande del mundo", no dejas de alucinar. Si les suena de algo, por ejemplo de verlo en alguna película de la saga 007, es porque salió en Muere otro día. Pero al que seguro que le suena es a DJ Vizcaíno, por las Eden Sessions que lo convierten en uno de los referentes mundiales de la música en directo.
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Ryugyong: el comunismo, la nada
Durante mucho tiempo, el inconcluso coloso Ryugyong de Pyongyang fue, junto con la famosa imagen satelital de la noche coreana, el símbolo del ominoso fracaso de la monstruosa dictadura comunista norcoreana. Se empezó a construir en 1987, con vistas a que estuviera concluido para el 80 aniversario del Kim Il Sung, creador de la inhumana República Popular Democrática de Corea. Pero llegó ese 1992 y no sólo no se concluyó sino que se interrumpieron los trabajos, mientras el país se hundía en la más abyecta de las miserias tras la disolución de la URSS. El Ryugyong (= “capital de los sauces", uno de los nombres históricos de Pyongyang) pretendía ser el hotel más alto del mundo. Lo que consiguió fue ser el edificio vacío más alto del planeta; hasta que le superó otra fantasmagoría comunista, el chino Golden Finance 117. Con su exterior concluido en 2011, el Ryugyong sigue siendo un formidable ejemplo de lo que es el comunismo anticapitalista: por dentro sigue vacío, es una vasta extensión de nada.
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La cuadratura del Círculo de Cantón
Este ciclópeo donut dorado (138 metros, 33 plantas, 85.000 m2) es el Círculo de la mastodóntica Guangzhou o Cantón (20 millones de habitantes en su área metropolitana), capital de Cantón o Guandong. Lo de su cuadratura se explica regular en la versión inglesa de la Wikipedia pero se ve bastante bien en esta imagen lateral, donde el Círculo semeja un molino gigantesco que acarreara agua del Río de las Perlas, del que es ribereño. Los cangilones, en este caso, no cargan agua sino oficinas.
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La Gran Manzana
Qué platazo no volante inmenso (464 metros de diámetro, 1,6 kilómetros de circunferencia): es la sede de una de las empresas que más han hecho por que el futuro futurista hipertecnologizado ya esté aquí. Apple, sí. Ubicado en el nº 1 de la Apple Park Way de Cupertino, California, el Apple Park acoge en sus 260.000 m2 a 12.000 trabajadores de la empresa fundada por Steve Jobs, responsable también –junto con el arquitecto Norman Foster– del diseño del complejo. Las obras se iniciaron en noviembre de 2013 y concluyeron en abril de 2017. ¿El coste? 5.000 millones de dólares.
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El granero de la Humanidad
Ojo a este lugar desconocidísimo, porque resulta que puede ser crucial para la supervivencia de la Humanidad. Es el Banco Mundial de Semillas, se encuentra en la glacial isla noruega de Spitsbergen y tiene por objetivo “salvaguardar la biodiversidad de las especies de cultivos que sirven como alimento en caso de una catástrofe local o mundial" . En sus apenas 1.000 m2, distribuidos en tres cámaras, el granero más importante del mundo tiene capacidad para albergar (en bolsas de aluminio o tubos de cristal) 4,5 millones de muestras. En la actualidad, según los datos que publica en su propia web, la Svalbard Global Seed Vault ha conseguido reunir 1.125.419 semillas y 89 secuencias genéticas de 5.481 especies.
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