Protestas ante la Embajada de España en Londres
Diego Sánchez de la Cruz
El producto se sala a mano y pasa a unas planchas que, una vez pasado un tiempo de reposo, se dirigirán a alguno de sus 12 hornos.
Todos los jueves sale desde Noruega un cargamento de salmón que hasta el lunes no llega a la fábrica que Ahumados Domínguez tiene en el municipio de Alcorcón.
Una compañía que vende actualmente el 50% de su producto en hostelería y el 50% en tiendas.
El desespinado es el siguiente paso. Los empleados eliminan una a una las 32 espinas que tiene el salmón con unos alicates.
Los operarios trabajan con sus manos en esta fábrica de 10.000 metros cuadrados y donde procesan hasta 25.000 kilos de salmón al día.
El secreto de su ahumado y salvaguardar el método artesanal del proceso. El salmón se filetea en dos y un operario le quitará los primeros bordes manualmente.
La selección del salmón va aumentando hasta que se quedan con apenas la mitad de un producto que no tiene ninguna veta oscura ni ninguna imperfección.
La vista general de los 12 hornos con los que se realiza el proceso de ahumado del salmón.
Según Pedro Mestanza, actual Director General, ?es un ahumado muy suave, pero que no sabe a pescado crudo. En lugar de ahumar es como si perfumara".
Uno de los operarios revisa las planchas de salmón que se encuentran en el interior del horno para su ahumado.
El contacto del humo de la madera con el producto es lo que hace posible el ahumado del salmón.
Desde que entra la materia prima, hasta que sale envasada ha transcurrido una semana.
Varias muestras que son estudiadas en el laboratorio principal de la fábrica de Ahumados Domínguez.
Una de las trabajadoras del laboratorio de la empresa sujeta las muestras para se fotografiadas.
El laboratorio de Ahumados Domínguez.
El emblema y logotipo de marca de la empresa Ahumados Domínguez, en el interior de su fábrica.