L. D. / Víctor A. Cheretski.-
Según el ministro paquistaní de Finanzas, Shawkat Aziz, el terrorista número uno, Osama ben Laden, mueve sus capitales precisamente por este sistema financiero denominado
Havala
(confianza, en árabe) que nació en Oriente Medio hace siglos. Este banco ilegal, señala Asís en declaraciones al periódico ruso
Vedomosti
, posee hoy en día una red de cajas clandestinas que actúan en muchos países del mundo. Su especialidad, además de enviar el dinero de un país a otro a espaldas de las autoridades, es el blanqueo de capitales sucios procedentes del contrabando, especialmente el narcotráfico.
El ministro explicó que la red, a la que sólo pueden acceder personas de creencia islámica, funciona como un banco pero desde la ilegalidad más absoluta. Por ejemplo, los hombres de Ben Laden pueden entregar una cantidad de dinero que pretenden mandar a sus cómplices en otro país a una sucursal de la red Havala en Paquistán. La oficina se limita a enviar un fax con una clave secreta o a hacer una llamada telefónica para que otra sucursal, sea en Egipto, Kenia o Estados Unidos, entregue este dinero a las personas interesadas.
Según la tradición, Havala opera sólo con cantidades restringidas y está estechamente vinculada a los negocios legales en manos de residentes musulmanes. Ben Laden no es el único cliente de esta red en Paquistán. La mayoría son narcotraficantes afganos y paquistaníes que blanquean cada año, gracias a este invento, unos 5.000 millones de dólares.
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El ministro explicó que la red, a la que sólo pueden acceder personas de creencia islámica, funciona como un banco pero desde la ilegalidad más absoluta. Por ejemplo, los hombres de Ben Laden pueden entregar una cantidad de dinero que pretenden mandar a sus cómplices en otro país a una sucursal de la red Havala en Paquistán. La oficina se limita a enviar un fax con una clave secreta o a hacer una llamada telefónica para que otra sucursal, sea en Egipto, Kenia o Estados Unidos, entregue este dinero a las personas interesadas.
Según la tradición, Havala opera sólo con cantidades restringidas y está estechamente vinculada a los negocios legales en manos de residentes musulmanes. Ben Laden no es el único cliente de esta red en Paquistán. La mayoría son narcotraficantes afganos y paquistaníes que blanquean cada año, gracias a este invento, unos 5.000 millones de dólares.
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