"Es un día verdaderamente triste". Así anunciaba la policía de Madison cómo recibió el aviso de tirador activo. La policía ha confirmado que la autora, el atacante, es una adolescente de 15 años. Cuando la policía llegó al centro la joven había acabado con su vida. Fue un tiroteo localizado. Otras dos personas han muerto. Un profesor y otro alumno. Y hay seis heridos, dos de ellos en estado crítico con lesiones potencialmente mortales.
Ahora se buscan respuestas. Y pese a las decenas de incógnitas abiertas, hay una certeza. Un sentimiento común: "ya es suficiente". Este colegio de Wisconsin acoge 390 estudiantes y, como en otros centros del país, los padres están intranquilos. Con la investigación abierta, este caso vuelve a poner en foco la necesidad de aumentar el control de las armas en el país.
Desde la propia Policía han asegurado que no dispararon sus armas, por lo que todo apuntaría a que el atacante se habría suicidado tras cometer los crímenes. Por su parte, los agentes no han especificado aún si las víctimas o los heridos son alumnos o personal del colegio, y no descartan la posibilidad de que haya más implicados, por lo que han mantenido acordonada la zona, cerrando las carreteras cercanas a la escuela y solicitado a los ciudadanos que la eviten mientras las pesquisas avanzan.

