El inmigrante ilegal preferido de los demócratas vuelve a EEUU para ser juzgado por tráfico de personas

El Partido Demócrata hizo del salvadoreño Kilmar Abrego García la figura propagandística con la que esperaba darle la vuelta al debate sobre la inmigración ilegal y las deportaciones de Donald Trump. La razón fue que el Departamento de Justicia admitió haber cometido un error cuando lo deportó para que Bukele lo encarcelara, que es ahora la práctica habitual cuando se detiene a un ilegal sospechoso de pertenecer a bandas criminales como Tren de Aragua o, en el caso que nos ocupa, la Mara Salvatrucha.

El problema es que existía una orden judicial de 2019 que impedía su deportación por haberse declarado amenazado por la mara Barrio 18, una orden que Inmigración no recurrió. El Gobierno tendría que haber trabajado en los tribunales para anular esa orden antes de deportarlo. Los demócratas aprovecharon la oportunidad para rebautizar a Abrego García como un "padre de Maryland" porque está casado y con un hijo y lo convirtieron en poco menos que un americano ejemplar, un mártir al estilo George Floyd.

Sin embargo, aunque nunca ha habido un juicio al respecto, había indicios de su pertenencia a la más peligrosa banda criminal salvadoreña que habían sido aceptados por un juez además de un par de denuncias por violencia doméstica. Así que, poco después de que uno de los senadores de Maryland fuera ido al Salvador a hablar con él y a explicar que "Kilmar" está aterrado y que debe volver a casa, aparecieron indicios de que el inocente inmigrante ilegal era en realidad un "coyote", es decir, trabajaba transportando inmigrantes ilegales desde la frontera con México.

Regreso y acusación de tráfico de personas

Hasta ahora, las autoridades se habían negado a facilitar el regreso de Abrego al país, a pesar de las órdenes emitidas por el Tribunal Supremo y una juez federal para que regresara para poder litigar su caso. Pero este viernes el Gobierno de Trump anunció simultáneamente que el inmigrante ilegal había sido traído de vuelta al país y que había presentado cargos contra él por transportar a inmigrantes ilegales desde Texas hacia Maryland y otros estados desde 2016 hasta este mismo año. De ser encontrado culpable, podría enfrentarse a una pena de hasta 20 años de cárcel.

Según las autoridades, el salvadoreño, junto con otros cinco cómplices, operaba una red de tráfico de personas que trasladaba inmigrantes provenientes de Centroamérica y Ecuador desde Texas, tras cruzar ilegalmente la frontera. La red, que según los fiscales tenía vínculos con la Mara Salvatrucha, más conocida en Estados Unidos por el nombre de MS-13, recogía a los ilegales en Houston y los transportaba hacia diferentes ciudades de Estados Unidos. Abrego es señalado de haber realizado cerca de un centenar de estos viajes entre 2016 y 2025.

En 2022, la policía de Tennessee paró a Abrego mientras conducía un carro con ocho personas y sospecharon que estaba transportando inmigrantes, según se ve en un vídeo publicado por las autoridades en mayo, pero no presentaron cargos en su contra.

Durante las primeras semanas de su regreso al Salvador, Abrego estuvo detenido en el CECOT, la cárcel de Bukele para miembros de las mafias locales. EE.UU. llegó a un acuerdo con el presidente salvadoreño para enviar a los inmigrantes detenidos en EEUU bajo sospecha de pertenecer a distintas mafias sudamericanas al CECOT, servicio por el que Washington pagará a El Salvador 6 millones de dólares anuales para sostener su sistema carcelario.

"Esa no fue mi decisión", dijo Donald Trump en una entrevista telefónica con NBC este fin de semana sobre el regreso de Abrego. Aclaró que su fiscal general, Pam Bondi, había decidido solicitar al Salvador el regreso del inmigrante por estar en búsqueda y captura debido a esta acusación "y eso está bien".