Los demócratas condenan el despliegue militar en Los Ángeles mientras la alcaldesa decreta el toque de queda

Este martes tuvieron lugar varias manifestaciones en distintas ciudades de Estados Unidos en protesta por las deportaciones de Donald Trump y en apoyo a los responsables de los disturbios que asolan el centro de Los Ángeles desde el viernes. San Francisco, Nueva York, Chicago, Boston, Austin, Seattle y Washington DC han sido algunas de las ciudades donde han tenido lugar estas protestas, que en algunos casos han terminado en incidentes violentos, enfrentamientos con la policía y detenciones, pero que no se han acercado en ningún caso al grado de violencia que se lleva viviendo en Los Ángeles desde el pasado viernes. Aún así, el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, ha anunciado que desplegará la Guardia Nacional texana con el objetivo declarado de "garantizar la paz y el orden".

En el epicentro de los disturbios, la alcaldesa Karen Bass, conocida por su pasado castrista y su inacción ante los incendios que destruyeron un barrio entero de la ciudad, decidió decretar la noche del martes un toque de queda en el centro de Los Ángeles. Entre las 20:00 y las 6:00 cualquier persona no autorizada podía ser arrestada por estar en la vía pública, después de casi 200 detenciones a lo largo del día, un claro incremento desde las 27 del sábado, que fue cuando Donald Trump tomó la decisión de recurrir a la Guardia Nacional californiana para mantener el orden y proteger los edificios federales en la ciudad.

Mientras, el presidente de los Estados Unidos ha asegurado en un mitin en la base militar de Fort Bragg que "lo que están presenciando en California es un ataque total a la paz, al orden público y a la soberanía nacional, perpetrado por alborotadores que portan banderas extranjeras con el objetivo de prolongar una invasión extranjera de nuestro país. No vamos a permitir que eso suceda". También aprovechó para criticar de nuevo al gobernador de California, Gavin Newsom, acusándole de no hacer nada para garantizar la seguridad en Los Ángeles. Por su parte, el demócrata ha acusado a Trump de "inflamar una situación potencialmente explosiva" con el envío de militares. También ha presentado una demanda para intentar impedir el despliegue de la Guardia Nacional sin autorización estatal, aunque sea un caso previsto en la ley.

Desde que comenzaron los disturbios, el mensaje de los medios y el Partido Demócrata ha sido que en realidad se trata de manifestaciones pacíficas y al mismo tiempo que Donald Trump es el principal culpable de la violencia por llamar a la Guardia Nacional. Pero las imágenes de coches ardiendo, la decisión de Waymo de suspender operaciones en la ciudad después de que los violentos quemaran tres de sus vehículos autónomos tras convocarlos mediante la app y las numerosas banderas mexicanas que han desplegado los violentos no han ayudado a su causa.

Tan sólo el senador John Fetterman de Pensilvania, un estado bisagra, ha levantado la voz en contra del consenso de su partido advirtiendo que "pierden la autoridad moral al negarse a condenar la destrucción de edificios, la quema de coches y el asalto a las fuerzas de seguridad".