En Minnesota, el juicio contra la senadora estatal demócrata Nicole Mitchell, acusada de robo en primer grado, ha comenzado por fin después de meses de retrasos. El caso, que combina elementos de comedia absurda con serias implicaciones políticas, ha captado la atención pública debido a su peculiar naturaleza y al delicado equilibrio de poder en el Senado estatal, donde los demócratas mantienen una frágil mayoría de un solo voto. El de Mitchell.
El incidente que llevó a Mitchell al banquillo ocurrió en la madrugada del 22 de abril de 2024, cuando la senadora, entonces de 49 años, fue sorprendida por la policía en el sótano de la casa de su madrastra en Detroit Lakes, a casi cuatro horas de su distrito en Woodbury. Según la denuncia, Mitchell ingresó a la vivienda a través de una ventana del sótano, armada con una palanca y una mochila negra que contenía su identificación del Senado, dos computadoras portátiles, un teléfono móvil y recipientes de Tupperware.
Al ser descubierta, la senadora, exmeteoróloga de televisión y teniente coronel de la Guardia Nacional Aérea, habría dicho a los agentes: "Está claro que no se me da bien esto", en un comentario que añade un toque casi caricaturesco al episodio. Mitchell alegó que su intención era recuperar por su valor sentimental objetos de su difunto padre, incluidas sus cenizas, debido a una relación fracturada con su madrastra, quien, según la acusación, le había enviado un pequeño recipiente con parte de las cenizas, aunque Mitchell lo consideró insuficiente.
La madrastra, por su parte, expresó tener miedo de que la senadora quisiera asesinarla y afirmó que la mayoría de las cenizas de su esposo fueron enterradas. El abogado de Mitchell, Bruce Ringstrom Sr., describió el caso como el resultado de una disputa familiar agravada por tensiones personales, negando que se tratara de un acto delictivo premeditado. Además, ha cambiado la excusa de la senadora para entrar ilegalmente en la vivienda: ahora pretende hacernos creer que su intención era comprobar que su madrastra se encontraba bien, asegurando que padece demencia senil y que hacía varias semanas que no había conseguido contactar con ella. A las cuatro y media de la mañana.
Consecuencias políticas
Más allá del carácter rocambolesco del caso, las implicaciones políticas son profundas. El Senado de Minnesota está dividido en partes casi iguales, con los demócratas ostentando una mayoría de un solo escaño (34-33). Si Mitchell, quien fue elegida en 2022, resulta condenada por este delito grave, podría enfrentarse a hasta siete años de prisión, lo que probablemente la obligaría a renunciar a su escaño o ser expulsada.
En enero de 2025, Mitchell votó junto a sus colegas demócratas en una moción para mantener su escaño a pesar de los cargos, lo que desató críticas por parte de los republicanos, quienes acusaron a sus rivales de protegerla para preservar su ventaja numérica. Antes de eso recibió algunas críticas y peticiones de dimisión por parte de algunos de sus colegas, como el gobernador y excandidato a la vicepresidencia Tim Walz, pero todo se paró, incluyendo su juicio, hasta que terminó la sesión legislativa.
Si Mitchell dejara el Senado, tendría que celebrarse elecciones especiales para cubrir su vacante hasta las elecciones regulares de noviembre de 2026, quedando mientras tanto empatado. Su distrito, aunque con mayoría demócrata, es considerado vulnerable, de ahí que su partido no quiera asumir riesgos.
Dado el grado de división y sectarismo imperante ahora mismo en la sociedad norteamericana, es posible que el futuro de Mitchell dependa de si el jurado tiene suficientes fanáticos de izquierdas como para defenderla pase lo que pase.

