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¿Cómo se ha llegado a esta situación en Ucrania?

El giro diplomático de Yanukovich hacia Moscú prendió una mecha que finalmente ha estallado con las revueltas separatistas en todo el este de Ucrania.

Manifestantes, durante una protesta antigubernamental en Kiev | Efe

Ucrania está al borde de la guerra, con graves problemas territoriales y con la gran sombra de la Rusia de Putin detrás en un conflicto que se ha convertido en el gran asunto de la agenda internacional. Hay que remontarse hasta el pasado mes de noviembre para entender lo que está pasando hoy con Ucrania ordenando una operación militar y Rusia amagando con entrar de lleno bajo el pretexto de la protección de la minoría rusa del país.

El 21 de noviembre, el entonces presidente Yanukovich daba un giro diplomático de 180 grados y anunciaba la suspensión de los preparativos para la firma de un acuerdo comercial con la Unión Europea y el anuncio de que retomaría el diálogo con Rusia. Pasaba de mirar a Bruselas para mirar de nuevo a Moscú.

Esta decisión unilateral provocó una gran reacción de la oposición y de todo el sector proeuropeo de Ucrania. Desde ese momento se movilizó para lograr la salida del presidente y volver a mirar de nuevo a Europa.

Las manifestaciones se reproducían y la oposición tomó las calles mientras el Gobierno llevó a cabo detenciones masivas y una represión violenta contra los manifestantes. Poco a poco la sociedad se fue polarizando entre los ucranianos que buscaban la salida de Yanukovich y los que optaban por seguir bajo el abrigo ruso. En el este además comenzaron a manifestarse las tensiones nacionalistas donde los ucranianos de origen ruso eran una mayoría.

Mientras que la escalada de tensión crecía sin límites en Ucrania y Yanukovich era presionado tanto por la UE como por Estados Unidos, el presidente huyó del país y se instaló primero en el este y luego en Rusia. La oposición tomaba el poder y pretendía volver a hacer otro giro diplomático para alejarse del órbita rusa.

Sin embargo, la cuestión separatista estallaba de pleno en medio del conflicto y en Crimea grupos de encapuchados armados tomaban varios aeropuertos de una península que tradicionalmente había pertenecido a Rusia y cuya población era mayoritariamente rusófona. Éstos pidieron ámparo a Moscú mientras que desde Kiev acusaban a Putin de estar detrás de estos sucesos.

La tensión entre Ucrania y Rusia aumentó de manera considerable y la región de Crimea declaró de manera unilateral su independencia mientras que Moscú reconocía de manera inmediata al nuevo estado. La UE y EEUU impusieron sanciones contra Rusia.

Una vez consumada la independencia de Crimea, el movimiento separatista prendió en otras regiones del este de Ucrania y con fuerte presencia de rusos. De este modo, comenzaron los conflictos y ocupación de organismos oficiales por parte de prorrusos en zonas como Donetsk, Járkov y Lugansk.

Ante estas nuevas revueltas, Rusia amenazó con intervenir si se atacaba a la minoría rusa. Por su parte, las autoridades interinas de Ucrania temían que se reprodujera lo ocurrido en Crimea y amenazó con acciones armadas para mantener la soberanía en estas zonas.

De este modo, Ucrania lanzó un ultimátum para que los separatistas entregasen las armas, cosa que no han hecho por lo que Ucrania ha firmado el decreto para iniciar una ofensiva en el este del país. Ante esto Rusia responsabiliza a Occidente en caso de que se produzca una guerra en la zona.

¿Que puede pasar a partir de ahora?

La inestabilidad en este momento es evidente y la pregunta que se hace todo el mundo es qué puede pasar a partir de ahora. La experta en Rusia y Europa del Este, Mira Milosevich ha indicado en el programa En Casa de Herrero de esRadio de momento "se sigue el guión que ya se ha realizado en Crimea, la táctica es la misma" aunque añadió que la situación es algo diferente ahora puesto en el sudeste "hay muchísimos menos ciudadanos que se identifican con la causa rusa".

En este sentido, Milosevic indicó que hay que tener en cuenta que "Rusia quiere desestabilizar la situación en Ucrania y que también es cierto que los habitantes del sudeste no han participado en las protestas del Maidán y se sienten apartados del Gobierno de Kiev".

Por todo ello, definió la situación como "dramática" y con la "posibilidad de una guerra civil" y destacó como en varias ciudades los prorrusos han llegado a acuerdos con la Policía local. En su opinión, "uno de los errores de Kiev fue desmantelar los servicios especiales de la Policía de Yanukovich, muchos de ellos se han pasado al lado prorruso porque se sienten traicionados y humillados por Kiev".

Sobre el papel de Occidente, la doctora en Estudios Europeos consideró que es "una situación complicada" porque desde el principio intentó no dejar abandonados a los ucranianos. Sin embargo, cree que el apoyo no es suficiente como para frenar la iniciativa rusa. "Su apoyo moral no es suficiente para influir en las decisiones de Putin", sentenció. Además, añadió que "los ucranianos no van a recibir un apoyo más allá del que ya tienen. Están solos ante Rusia".

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