El año 2022 fue el elegido para pasar de la teoría a la práctica. Y así toca empezar a hacerlo. La Unión Europea fijó este año como el de la implantación en todas sus fronteras exteriores del Sistema de Entrada-Salida (EES, por sus siglas en inglés), que servirá para registrar y controlar la entrada, salida y solicitudes denegadas de los ciudadanos de terceros países que ingresen o traten de ingresar en el espacio europeo.
La directiva europea obliga a los países miembros del espacio Schengen a desplegar kioscos de prescripción o equipos similares para que los viajeros extracomunitarios puedan registrar, de la forma más rápida y segura posible, todos sus datos personales, incluidos los biométricos (imagen facial y huellas dactilares). Esto permitirá tener perfectamente controlado quién entra y sale, y cuándo, del espacio Schengen, aligerando el trabajo de los policías fronterizos.
Estos terminales serán de autoservicio, con una interfaz fácil para el viajero, y le guiarán en todo momento qué pasos deben seguir para registrar su entrada y su salida: toma de la imagen fácil, inserción de los datos personales y el plan de estancia en suelo europeo, escaneo de las huellas dactilares, captación del pasaporte o documento de viaje… Y su software está diseñado para verificar la identidad con alta precisión y descubrir posibles falsificaciones.
Algunos países van más adelantados que otros en la implementación de estos dispositivos en sus áreas fronterizos, pero los procesos administrativos necesarios están ya en marcha en un buen número de países del espacio Schengen. En España se ha licitado ya una parte del software de este sistema –el backend, exactamente–, aunque todavía queda pendiente de licitar la otra parte del software y el hardware –el kiosco que se utilizará–.
El país más avanzado por el momento en la instalación del sistema EES en su perímetro fronterizo exterior es Francia, que se ha decantado por el kiosco fronterizo Gemalto, cuyo hardware y software ha sido diseñado por la multinacional europea Thales. Las características técnicas de este sistema permiten que el viajero pueda pre-registrarse y verificar su identidad en menos de un minuto.
"El proceso se realiza en dos pasos. Implica primero el auto-registro por el viajero en el kiosco, seguido por una etapa final realizada, ya sea a través de una inspección manual primaria de frontera, o por e-gates (puertas electrónicas) automáticas. Esto mejorará el rendimiento de paso de pasajeros y se hará cargo de las exigencias adicionales de recogida de datos del esquema EES", explican desde Thales.
"Una vez que el viajero ha sido correctamente identificado, la aplicación destaca de inmediato la información principal y cualquier alerta, a la vez que presenta todos los datos capturados y todas las verificaciones realizadas durante el pre-registro, así como las verificaciones de inspección de antecedentes. En función de la verificación, el funcionario de fronteras decide si autoriza el paso del viajero o lo envía a una inspección adicional", continúan.
"La verificación de datos biométricos es una tecnología extremadamente eficaz y fiable que permite a los Estados miembros identificar con precisión cualquier intento de fraude de identidad y evitar que personas con documentos falsos, identidades múltiples, etc. entren en el país", aseguran desde Thales.