La pasada noche, una bomba cayó por error en la ciudad rusa de Belgórod. El proyectil se desprendió de un avión militar Su-34 y provocó un cráter de 20 por cinco metros de diámetro. Provocó daños en carreteras, coches y postes de líneas eléctricas. Cayó a unas decenas de metros de un bloque de viviendas, que tuvo que ser evacuado.
A consecuencia de la explosión, tres personas resultaron heridas y una tuvo que ser hospitalizada. La potencia de la onda expansiva lanzó un vehículo al tejado de un edificio próximo.
Belgorod se encuentra a 30 kilómetros de la frontera de Ucrania y en un primer momento se atribuyó lo ocurrido a un ataque ucraniano. Después, el Ministerio de Defensa ruso tuvo que admitir que se debió a un error y que la explosión fue debida a un proyectil de un avión de combate del Kremlin.
"El 20 de abril de 2023, aproximadamente a las 22.15 hora de Moscú, durante un vuelo del avión Su-34 de las Fuerzas Aeroespaciales sobre la ciudad de Bélgorod, tuvo lugar un lanzamiento anormal de una munición de aviación", señaló en una nota, avanzando que se abrirá una investigación.
Ucrania: "Volverá a ocurrir"
Este viernes, Ucrania ha atribuido lo ocurrido al mal estado de la munición rusa y ha augurado que habrá más casos similares debido al afán del Kremlin de aumentar con rapidez su producción a costa de la calidad.
Bombas como la de Bélgorod "podrían caer también en otros lugares", porque los rusos "lo hacen todo rápido", ha declarado en declaraciones a la televisión el portavoz de la Fuerza Aérea de Ucrania, Yuriy Ihnat. "Y donde las cosas se hacen con rapidez y negligencia, este tipo de incidentes ocurrirán más a menudo", ha señalado.
La bomba, según Ucrania, forma parte del arsenal ruso desde la época soviética, pero necesita modernización, la instalación de navegación por GPS y alas. En su opinión, Rusia recurrirá cada vez más a este tipo de proyectiles.