La foto de Pedro Sánchez que muestra su soledad en la OTAN: ¿acierto o error de protocolo?

En una cumbre internacional, donde todo está medido al milímetro para que nada falle, los gestos y las imágenes son casi tan importantes como los discursos que se pronuncian o los acuerdos que se toman. Por eso, ha llamado especialmente la atención la imagen de Pedro Sánchez, situado en primera fila separado del resto de sus homólogos internacionales, durante la tradicional foto de familia de líderes de la cumbre de la OTAN en La Haya.

¿Acaso ha sido su postura negativa a aumentar el gasto en defensa lo que ha provocado ese arrinconamiento por parte de los líderes mundiales durante la foto de familia?

Una cumbre que reúne a tantos líderes mundiales requiere de una preparación no solo a nivel de seguridad o intendencia, sino también a nivel protocolario.

¿Cuál es el criterio que se sigue a la hora de colocar a los jefes de Estado o de gobierno?

En esta cumbre, los líderes internacionales han realizado dos grandes fotos de familia. La primera, la que tuvo lugar con los reyes Guillermo-Alejandro y Máxima de los Países Bajos, durante la cena ofrecida en el Palacio de Huis Ten Bosch, y la segunda, la de los líderes mundiales al inicio de la cumbre.

El orden de la colocación de los líderes internacionales no se rige ni por criterios de poder ni por el año de la incorporación del país a la Alianza, sino que se rige por el orden alfabético de los países, en inglés, si bien también se tiene en cuenta que las relaciones bilaterales existentes entre dos países.

La primera fila, que suele ser siempre de número impar, tiene siempre dos lugares reservados en el centro. Es decir, tan solo dos personas tienen su lugar reservado mientras que el resto se coloca, alfabéticamente en inglés, pero teniendo en cuenta el lugar, el número de asistentes incluso el equilibrio visual. El primer lugar reservado es para el Secretario General de la OTAN, Mark Rutte y a su derecha, el país que ejerce de anfitrión, en este caso, el primer ministro de los Países Bajos, Dick Schoof. A partir de estas dos personalidades, se van colocando el resto de los países por orden alfabético, en este caso Albania y Bulgaria se sitúan a la derecha del anfitrión y a la izquierda del Secretario General, Estados Unidos (USA), Reino Unido (United Kingdom), Turquía (Turkey), Suecia (Sweden), y España (Spain).

¿Por qué España está en primera fila y no colocada en filas posteriores?

Ha dado la casualidad que el corte ha coincidido en la letra ‘S’ de "Spain" por tanto Sánchez ha estado al lado del primer ministro sueco Ulf Kristersson. Ya en la segunda y tercera fila se sigue el orden alfabético si bien en la segunda es de izquierda a derecha y la tercera, de derecha a izquierda.

El hecho de que Sánchez haya aparecido más apartado de su homologo sueco, seguramente busca llamar la atención. Una actitud más acorde con la que ha llevado en los últimos días de la cumbre. Durante la cena ofrecida por la familia real, Sánchez pasó inadvertido, y únicamente tuvo su minuto de gloria cuando saludó a los reyes Guillermo y Máxima, así como a Amalia, princesa de Orange. En la foto familiar, estaba situado en la tercera fila.

En esta cumbre, Sánchez tampoco se ha fotografiado con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en contraste con anteriores cumbres que sí busco, incluso desesperadamente, la foto y el encuentro con Joe Biden, ni tampoco ha buscado involucrarse en los corrillos con sus colegas internacionales, algo que solía ser habitual en él. Tan solo se le ha podido ver departiendo con el líder turco, Recep Tayyip Erdogan.

Lo único que hay que preguntarse es hasta qué punto esta actitud de aislamiento y alejamiento político y visual es buscada, viene impuesta o es, simplemente, impostada.

No ha sido lo único que ha llamado la atención durante esta cumbre. El primer ministro de Albania Edi Rama, se ha saltado el protocolo al aparecer con traje y deportivas blancas, a diferencia de los mocasines o zapatos de vestir del resto de mandatarios. Ya en la cumbre de Washington de 2024, también optó por vestir deportivas blancas en plena conmemoración del 75º aniversario de la Alianza. Un detalle que no pasó inadvertido para Emmanuel Macron, quien le regaló un divertido gesto de aprobación señalando su dedo pulgar hacia arriba.