
El expresidente del Parlamento de Ucrania y exsecretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa, Andri Parubi, ha sido asesinado durante el mediodía de este sábado en la ciudad de Leópolis, en el oeste del país. Así lo ha confirmado el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que ha condenado el "espantoso asesinato" y ha asegurado que arrancará una investigación inmediata que culmine con la captura de los responsables de su muerte.
Por su parte, el partido de Parubi, Solidaridad Europea, ha tardado poco en señalar a Moscú: la formación proeuropea vincula su muerte a su papel como uno de los líderes de las protestas del Euromaidán de 2013, que se desataron contra la negativa del entonces presidente Viktor Yanukóvich a firmar un acuerdo de asociación con la UE.
Irina Gerashchenko, copresidenta de la formación, ha sido tajante al afirmar que detrás del crimen se encuentra "el eterno enemigo terrorista: la Federación Rusa y su quinta columna". "Moscú odiaba con todas sus fuerzas a Parubi, como uno de los constructores del Estado de la Ucrania moderna", ha sentenciado.
En la misma línea, el expresidente proeuropeísta Petro Poroshenko ha calificado los hechos de "acto de terrorismo" y ha recordado la figura de su compañero: "Juntos atravesamos el Maidán, sobrevivimos a los años más difíciles de la guerra y afirmamos la condición estatal de Ucrania".
Como era de esperar, el Kremlin ha respondido con su propia versión de los hechos. El embajador ruso Rodion Miroshnik ha desechado la autoría rusa y ha apuntado a una posible "purga" interna entre facciones ucranianas, aludiendo a "una nueva generación de banderistas" y a la "guerra irreconciliable" que Zelenski mantiene con el bando de Poroshenko en el que Parubi "se ha atrincherado desde hace tiempo".
