En una entrevista con EFE, Leopoldo López –quien actualmente se encuentra refugiado en la embajada española en Caracas en calidad de "huésped"– señaló que "hay un claro interés de su entorno más íntimo de que Maduro salga del poder" y detalló que para eso "se dieron varias conversaciones (entre la oposición y el entorno del chavista)".
Sobre ese acercamiento, dijo que han insistido siempre en que el proceso de su salida debe ser "pacífico, que no recurra a la violencia, pero tiene que contar con la fuerza del pueblo y de la Fuerza Armada". "Tiene que ser un proceso que garantice integridad de quienes hoy están usurpando el poder", señaló. Además, dijo que ha sido un punto recurrente en las conversaciones porque "nosotros no queremos hacerle a nuestros adversarios lo que nos hicieron".
López, que fue liberado de su arresto domiciliario por un grupo de militares y miembros del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) el pasado martes, hizo hincapié en que no quiere "nunca más que haya presos políticos, ni torturados ni asesinados por salir a protestar". "Ni personas que sean excluidas por su posición política, una madre a la que roben el alimento porque está acatando las órdenes de policías ni un padre que no dé medicina a sus hijos porque no está bajo los lineamientos políticos de la dictadura", apostilló.
Por todo ello, pidió a la Fuerza Armada, así como a "quienes hoy están acompañando a la dictadura", que tengan la certeza de que los opositores no van "a ir en un proceso de cacería de brujas ni de persecución de ningún tipo".
Negó que fuera un golpe de Estado
Poco antes, había comparecido ante los medios para reivindicar la rebelión de militares venezolanos el pasado 30 de abril no como un golpe de Estado sino como parte de un proceso para la instauración de un gobierno de transición para Venezuela. "Lo ocurrido el día martes es parte de un proceso que siempre se planteó como un primer paso, no como un proceso definitivo", afirmó en respuesta a una pregunta de la prensa sobre la "precipitación" de los sucesos del 30 de abril.
En cualquier caso negó que se tratara de un intento de golpe de Estado y amparó la maniobra en el Artículo 333 de la Constitución. "Cualquier venezolano, tenga uniforme o no, tiene el deber de contribuir a restituir el orden constitucional". "El quiebre que se abrió el 30 de abril se convertirá en una grieta y la grieta en una fisura", ha asegurado.
López subrayó que las Fuerzas Armadas "son un componente fundamental de nuestra lucha". El dirigente opositor explicó que durante su periodo en arresto domiciliario se reunió con "comandantes, con generales y con oficiales de los distintos organismos policiales" que manifestaron su adhesión a la Constitución y al presidente interino Juan Guaidó.
Tras la rebelión de integrantes del Ejército del pasado martes, López entró en la Embajada de Chile, aunque finalmente se trasladó a la residencia del embajador español, Jesús Silva. "Agradecerle al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, a los españoles, al pueblo español, que ha sido muy solidario con Venezuela", apuntó.
En ese sentido, subrayó que se encuentra en dependencias diplomáticas españolas en calidad de "huésped, y en esa condición me voy a mantener". Ante la pregunta de por qué está en dependencias españolas, López dijo que teme una nueva detención. "¿Por qué estoy aquí y no estoy en mi casa? Me buscarían nuevamente llevarme a (la cárcel militar de) Ramo Verde", argumentó.
"Nadie quiere volver a la cárcel. La cárcel fue un infierno, pero no le tengo miedo a la cárcel igual que no le tengo miedo a ninguna de las herramientas de represión de Nicolás Maduro", apuntó, al tiempo que recordó que pasó "tres años de aislamiento y de torturas".
Sobre el futuro de las movilizaciones, López fijó el plazo de la fase del "cese de la usurpación" en "semanas". Después el objetivo es instaurar un gobierno de transición que sea el que convoque y organice unas elecciones democráticas. "Sí se puede", sentenció.