El Congreso de Perú rechaza la intromisión de López Obrador y Petro para defender al golpista Castillo

Que la izquierda latinoamericana interfiera en políticas internas no parece ser una novedad en especial desde que el chavismo comenzó a crear su red bolivariana a cambio de ciertos favores y beneficios, sumado a una serie de gestiones lideradas por la presidencia (2003-2011) de un Lula da Silva que en pocos días volverá a tomar el poder en Brasil.

Sin embargo, la última reacción de esta izquierda radical se reforzó el 7 de diciembre cuando el entonces presidente del Perú, Pedro Castillo, intentó dar un golpe de Estado cerrando el Congreso y anunciando la reestructuración del Poder Judicial y otros organismos como el Tribunal Constitucional. Ante el fracaso golpista y la asunción constitucional de su vicepresidenta Dina Boluarte, la izquierda se enfureció y se levantó para defender a un Castillo ya detenido por una acusación de rebelión.

El primero en reaccionar fue el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. que defendió desde un primer momento a Castillo y aceptó la solicitud de asilo político que el golpista pidió mientras escapaba de Palacio de Gobierno antes de ser detenido. Los que sí lograron salir del país fueron su esposa, también investigada por formar parte de una organización criminal, y sus dos hijos, que ya se encuentran em México bajo protección del gobierno.

Sin embargo, López Obrador siguió mencionando el caso peruano e incluso llegó a inmiscuirse en temas internos relacionados con la Constitución. En algún momento dijo que "hay que reconocer que ganó democráticamente y que no se le puede destituir" y agregó que "aunque esté en la Constitución peruana, tiene un problema, una falla antidemocrática". Dijo también que "es una historia de inestabilidad política de que van haciendo las leyes a modo (...) para favorecer a una minoría".

El que tampoco se quedó atrás fue el presidente de Colombia, Gustavo Petro. Pese a las excelentes relaciones entre el Perú y su país, desde el inicio no quiso reconocer a Boluarte como presidenta constitucional y siguió los pasos de López Obrador para defender la inocencia del golpista Castillo. Luego del golpe, dijo que "la crisis en el Perú, el apresamiento, sin juez y sin defensa, de un presidente elegido popularmente ha puesto en serio cuestionamiento el papel de la Convención Americana en el ordenamiento jurídico Latinoamericano".

Ante esta clara intromisión de López Obrador y Petro, el Congreso peruano aprobó una moción de rechazo a "los constantes actos de intromisión en los asuntos internos" de ambos mandatarios. El texto señala busca "expresar el rechazo a los constantes e inaceptables actos de intromisión en los asuntos que son de la jurisdicción interna del Perú por parte" de ambos presidentes "en perjuicio de la República del Perú". Además, señala que sus afirmaciones son "una violación al derecho internacional en perjuicio" del Perú.

Petro reaccionó a esta decisión legislativa y señaló en Twitter que "el artículo 23 de la convención americana establece como derecho político elegir y ser elegido. Para quitar este derecho se necesita sentencia de juez penal". Además, desconociendo el intento de golpe de Estado, agregó que "tenemos un presidente en Suramérica elegido popularmente sin poder ejercer su cargo y detenido sin sentencia de juez penal".