El pago que Hamás prometía a sus terroristas –10.000 dólares si lograban volver a Gaza con una persona secuestrada– no es un hecho aislado ni una situación excepcional: la Autoridad Nacional Palestina paga a todos aquellos que asesinan israelíes o, en caso de que sean abatidos mientras cometen sus crímenes, a sus familiares y herederos. Así busca la ANP la paz con Israel.
Y, hay que insistir en esto: no estamos hablando de Hamás, sino de la ANP, reconocida internacionalmente y con cuyo presidente, Mahmud Abbas, se reunió con Pedro Sánchez el pasado sábado.
Y tampoco es algo que la ANP se preocupe en esconder: hay un programa presupuestario dedicado a ello, leyes que lo amparan y una oficina burocrática que según algunas fuentes tiene 500 empleados: así es "Pagar por matar", como lo llaman sus críticos, la cara más siniestra de la Palestina oficial.
Una larga tradición hecha ley
Los pagos a los terroristas son muy anteriores, pero en 2004 se formalizaron con una ley –enmendada en 2013–, que cubre bajo su paraguas tanto a personas residentes en los territorios palestinos como a ciudadanos de Israel de origen árabe.
El encargado de esta partida durante años fue el Ministerio para Asuntos de los Detenidos y Exdetenidos de la ANP, heredero de un fondo que creo para ello la OLP allá por los años sesenta, en este caso para recompensar a los fedayines, los terroristas que se infiltraban en Israel como grupos de guerrilleros desde Siria y Egipto, heridos o muertos en los combates con el ejército israelí.
Después de que empezase a haber presiones exteriores para frenar estos pagos se cambió el nombre de la cartera, que ahora es simplemente Ministerio de Prisiones, pero no se ha modificado su función.
Un 8% del presupuesto
El último año del que hemos podido encontrar cifras es 2017, en aquel momento estos pagos a terroristas supusieron 355 millones de dólares, un 8% del presupuesto total de la ANP. Para tener una idea de lo que supone ese porcentaje de gasto, en España aproximadamente un 8% de los PGE se dedica a la suma de las partidas de Desempleo, Defensa e Infraestructuras.
Según un detallado informe de EMET, un lobby americano dedicado a proporcionar información sobre Oriente Medio al Congreso, esta partida se divide en dos: una que está dedicada a los prisioneros y que en 2016 fue de 158 millones y otra dedicada a las familias de los terroristas fallecidos durante sus atentados que fue de 197 millones.
El total del presupuesto habría subido un 12% de 2016 a 2017, por lo que de mantenerse ese ritmo de crecimiento en el 2020 estaría muy cerca de los 500 millones. Si por el contrario se mantenía en el el 8% del presupuesto que, según los últimos datos disponibles, en ese año rodaría los 5.000 millones, la partida se quedaría en ‘sólo’ unos 400 millones de dólares.
Hasta 3.429 dólares al mes de ‘sueldo’
El dinero que se entrega a los terroristas en la cárcel varía en virtud de la longitud de la condena que estén cumpliendo. Para aquellos que hayan sido penados con hasta tres años la paga es de 400$ al mes, ya superior al sueldo medio en Cisjordania, que rondaría los 360$.
Pero las cifras crecen si las condenas son mayores: de tres a cinco años ya se llega a 570$, los que pasan entre cinco y diez años entre rejas ya ingresan 1.142$ y la cifra más abultada es para aquellos que han sido condenados a más de 30 años, que reciben 3.429$ al mes, casi diez veces el salario medio.
Pero eso no es todo: además de su sueldo los presos reciben una gratificación única cuando salen de la cárcel que, en el caso de los que más tiempo están en ella, llega a 25.000$.
Un gasto que los palestinos aprueban
No resulta muy sorprendente comprobar que la mayoría de los palestinos se mostraba de acuerdo con este gasto, al menos hace unos años: según una encuesta llevada a cabo en mayo de 2017 por una empresa demoscópica de la propia Cisjordania, el 65,9% de los palestinos en los territorios controlados por la ANP aprueban esa partida, una cifra que todavía era mayor en Gaza: el 67,2%.
Con estas cifras de apoyo no es de extrañar que los responsables políticos palestinos hayan defendido sus pagos a terroristas incluso en declaraciones públicas, por ejemplo el propio Mahmud Abas aseguraba que "no voy a poner en riesgo el salario de un mártir o un prisionero" incluso aunque eso le supusiese "tener que abandonar mi cargo".
Asimismo, un ministro de Información de la ANP dijo también que los "mártires se merecen sus sueldos porque no son ladrones de autopista, son gente que ha sacrificado sus vidas y su libertad".