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"Los terroristas de Hamás del 7 de octubre llevaban manuales sobre cómo violar"

No fueron actos esporádicos de rabia o locura: las numerosas violaciones que sufrieron mujeres israelíes el 7 de octubre eran parte de un plan.

No fueron actos esporádicos de rabia o locura: las numerosas violaciones que sufrieron mujeres israelíes el 7 de octubre eran parte de un plan.
Cuerpos a las puertas de una casa del kibutz de Kfar Aza. | Europa Press

El 7 de octubre los terroristas de Hamás que arrasaron el sur de Israel no sólo asesinaron a cientos de civiles inocentes y secuestraron a casi 250 personas, sino que, además, violaron a decenas mujeres, incluyendo menores.

Lo hicieron, además, con una violencia extrema y, probablemente lo peor de todo, no como algo espontáneo, sino como una parte planificada del ataque: tal y como explicaba en una conferencia virtual la experta en violencia contra las mujeres en conflictos, Jessica Nevo, se ha podido confirmar gracias a la revisión de las mochilas de los que fueron abatidos que "los terroristas del 7 de octubre llevaban manuales sobre como violar".

El contenido concreto de estos manuales no se ha difundido, pero sí ha transcendido que una de las cosas que decían es que lo que querían hacer con las mujeres israelíes era "ensuciarlas". Además, en cada zona en la que se produjo el ataque "había un comandante responsable de la violencia contra las mujeres", como si se tratase de uno de los elementos más de las operaciones ‘militares’.

Otro detalle que comentó es que algunos de los terroristas habían consumido captagón, la llamada "droga de los yihadistas", que es una sustancia que "diluye el límite entre el bien y el mal" y que ya antes había sido usada por los terroristas del ISIS y en la guerra de Siria.

Y uno más: según los expertos los terroristas de Hamás habrían recibido un permiso especial de imanes en la Franja para poder llevar a cabo las violaciones, ya que el sexo fuera del matrimonio está condenado según la versión brutalmente rigurosa del islam que sigue Hamás.

Un "crimen de lesa humanidad"

En la misma conferencia virtual, que se ofreció a un grupo de periodistas iberoamericanos, la embajadora de Israel en México, Einat Kranz Neiger, explicó que "los terroristas usaron la violencia sexual como herramienta de guerra, de terrorismo" un proceder que es considerado "crimen de lesa humanidad".

"No sólo las violaron sino que las violaron de forma brutal y violenta: tenían la pelvis rota, estaban mutiladas", comentó la representante diplomática que criticó también el silencio que durante semanas mantuvieron "las organizaciones que tienen como bandera los derechos de las mujeres" y también "movimientos como el Metoo".

Testimonios inequívocos

Cómo destacó Jessica Nevo en el encuentro antes citado "la mayor parte de las mujeres que fueron atacadas sexualmente fueron también asesinadas", pero en las semanas transcurridas desde el 7 de octubre se han logrado reunir una serie de testimonios inequívocos que dan una idea no sólo de la escala de la violencia ejercida, sino también de lo brutal que fue en la mayor parte de los casos.

Declaraciones de supervivientes que pudieron presenciar los hechos, y también de los soldados o los sanitarios que llegaron a los lugares por los que habían pasado los terroristas, así como de los sanitarios, voluntarios de ZAKA –un organización judía especializada en recuperar restos humanos de atentados o desastres naturales– y forenses que tuvieron que hacerse cargo de los cuerpos de las mujeres fallecidas.

Una de las supervivientes de la masacre en el festival tecno cercano a Gaza que fue uno de los escenarios centrales de los crímenes de Hamás contaba cómo varios terroristas violaban por turnos a una mujer que sangraba por la espalda, uno de los violadores "le cortó un pecho, lo tiró al camino y los otros jugaron con él". Finalmente, la mataron de un tiro mientras seguía siendo violada.

Uno de los testimonios que se leyó en una sesión en la ONU sobre la cuestión aseguraban que "escuchamos a niñas que fueron sacadas de los refugios. Chicas que gritaban. Violaron a niñas. Las quemaron justo después de eso. Todos los cuerpos que estaban afuera fueron quemados". Los cuerpos de mujeres carbonizados pero aún en posturas en las que el asalto sexual resultaba evidente son, efectivamente, otro de los hallazgos macabros que por desgracia fueron bastante habituales, tanto en el festival Nova como en otros escenarios de la matanza, y se han podido ver, por ejemplo, en la película de más de cuarenta minutos que Israel ha hecho pública sobre las atrocidades del 7 de octubre.

Abusadas también durante su cautiverio

Uno de los casos que ha tenido mayor trascendencia por el poder probatorio de las imágenes, que se han visto en todo el mundo, ha sido el de Naama Levy, de 19 años, que fue filmada en Gaza cuando sus secuestradores la sacaban de la parte de atrás de un jeep con las manos atadas, cortes en los tobillos y los pantalones manchados con gran cantidad de sangre en la zona de los glúteos, todo indica que fruto de haber sufrido una violación.

Unos abusos que según los últimos testimonios de algunos rehenes liberados no habrían terminado, por desgracia, el 7 de octubre, sino que habría seguido durante su cautiverio: al menos 10 de ellos, mujeres pero también hombres, sufrieron violencia sexual durante su cautiverio según el testimonio de uno de los doctores que los ha atendido.

No es la única fuente que confirma estos hechos: tras una reunión del gabinete de guerra israelí con algunos de los rehenes secuestrados y con familias de los que siguen en cautividad Ronen Tzur, el director de Forum de Rehehes y Desaparecidos, comentó que "por primera vez los miembros del gabinete han escuchado a secuestradas liberadas describiendo las cosas difíciles que están pasando en los túneles, incluyendo abusos sexuales".

El silencio de las feministas

Mientras cada día era más obvio lo ocurrido y decenas de mujeres eran mantenidas secuestradas en condiciones inhumanas, organizaciones internacionales supuestamente dedicadas a la defensa de la mujer han mantenido un silencio vergonzante.

La conocida UN Women, una agencia de la ONU, esperó hasta el 1 de diciembre, 56 días después del macroatentado de Hamás, para emitir un comunicado en el que aseguran estar "alarmadas por los numerosos informes de atrocidades basadas en el género durante los ataques", hasta ese momento no hubo ni una palabra al respecto.

Movimientos como el #Metoo han quedado también retratados: su silencio ha sido tan atronador que ha provocado el indignado lanzamiento de la campaña
#MeToo_UNless_UR_a_Jew (#MeToo_excepto_si_eres_ judía) en la que se reclama una respuesta proporcional de UN Women y el feminismo internacional.

En España tampoco ha habido organizaciones feministas que hayan levantado la voz por las mujeres judías violadas, secuestradas y asesinadas y, al contrario, expertas en "feminismos" han negado los hechos calificándolos como "propaganda israelí", como hacía la periodista Nuria Alabao en un incalificable artículo en el medio de ultraizquierda Ctxt –en el que escribe Pablo Iglesias– y que zanjaba la cuestión con un "lo cierto es que no hay pruebas concluyentes".

Está claro que para las mujeres judías no rige el "hermana yo sí te creo" que este mismo feminismo reclama para las españolas. Si eso no es antisemitismo…

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