"Durante un combate en Shejaiya – una barriada en el corazón de la ciudad de Gaza – las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF por sus siglas en inglés) ha identificado a tres secuestrados israelíes como una amenaza, han disparado sobre ellos y los tres han muerto". Así explicaba el comunicado del ejército israelí lo esencial del desgraciado incidente que ha causado la muerte de tres de los rehenes que Hamás mantenía secuestrados en Gaza y ha conmocionado al país.
Tras el incidente bélico los mismos soldados sobre el terreno tuvieron dudas sobre la verdadera identidad de los tres fallecidos, por lo que se decidió trasladar sus cuerpos a territorio israelí, donde se confirmó que no eran terroristas como habían temido los soldados, sino rehenes secuestrados el 7 de octubre.
Se trata de Yotam Haim, de 28 años, secuestrado en el kibutz Kfar Aza; Samer Talalka, de 22. que lo fue en el de Nir-Am; y el argentino-israelí Alon Lulu Shamriz, de 26 y también residente en Kfar Aza.
El comunicado del Ejército de Israel expresaba "un remordimiento profundo" por el trágico incidente y mandaba a las familias de los fallecidos "su más sentido pésame". El texto también recuerda que se trata de una "zona de combate" en la que ha habido "intensas batallas en los últimos días" y ha asegurado que se han extraído lecciones operativas de lo ocurrido "inmediatamente" y se han transmitido a los soldados sobre el terreno.
"Somos responsables"
El Jefe del Estado Mayor israelí, el teniente general Herzi Halevi, comparecía en un vídeo en el que lanzaba un mensaje al país en el que para empezar, asumía la responsabilidad sobre lo ocurrido: "Las Fuerzas de Defensa de Israel y yo mismo, como su comandante, somos responsables de lo ocurrido y vamos a hacer todo lo posible para prevenir que este tipo de incidentes vuelvan a darse en futuros combates".
Halevi también se mostraba comprensivo con los soldados sobre el terreno que llevan varios días de duros combates, con "encuentros cara a cara y enfrentamientos con terroristas que llevan ropas civiles y usan varios métodos de engaño". Una situación difícil en la que "una decisión en una fracción de segundo es de vida o muerte".
No obstante, el militar reconocía que "los rehenes hicieron todo lo posible para que pudiésemos entender la situación: se movían sin camiseta para que no pudiésemos pensar que llevaban explosivos y sujetaban ropa blanca", pero "la tensión superó todo".
Del mismo modo admitía que "el tiroteo fue contra las reglas de enfrentamiento: está prohibido disparar a alguien que levante una bandera blanca y quiere rendirse", pero insistía en que ocurrió "durante el combate y bajo presión".
Los trucos de Hamás: falsos bebés y cintas de llantos
El ministro de defensa, Yoav Gallant, asumió también la culpa de lo ocurrido y puso el incidente como ejemplo de lo que sus soldados están afrontando en Gaza: "En un instante ha quedado expuesta la complejidad de nuestra guerra en Gaza".
Gallant ha pedido "comprensión" para las "circunstancias y el entorno" en el que están luchando los soldados, de lo que ha puesto un ejemplo: "En ocasiones los terroristas dejan cintas con sonidos de bebés llorando para que nuestros soldados entren en apartamentos y entonces detonar cargas explosivas" y aseguró también que algunos juguetes, por ejemplo muñecos de bebés, son usados también para esconder explosivos.
Benjamin Netanyahu, que comparecía en la misma rueda de prensa, aseguraba que las tres muertes "rompen el corazón de la nación", pero recordó "estamos luchando por nuestra existencia y tenemos que seguir hasta la victoria", más allá de las presiones internacionales y las pérdidas que se están sufriendo.
A pesar de todo, las muertes han profundizado en las grietas que empiezan a darse en la sociedad israelí, con manifestaciones –impulsadas en algunos casos por familiares de los secuestrados– que piden un acuerdo para el retorno de los rehenes al coste que sea.
Dos muertos más, y ya son 121
Mientras tanto, dos nuevas bajas han seguido aumentando la cuenta de soldados israelíes fallecidos en el conflicto, que ya son 121 desde que se inició la invasión terrestre de la Franja de Gaza, a los que habría que sumar otros 332 que murieron durante el atentado del 7 de octubre.
Los dos soldados fallecidos en las últimas horas son el sargento Joseph Avner Doran, de 26 años, que participaba en operaciones en el norte de Gaza, y Shalev Zaltsman, también sargento y de 24 años, que se encontraba en el sur de Franja.
Además, otros 1.774 militares israelíes han resultado heridos desde el comienzo de los enfrentamientos, 287 de forma grave, de los que 43 siguen con el mismo diagnóstico, mientras que otros 228 presentan heridas de seriedad moderada, de acuerdo con el último recuento publicado por el Ejército de Israel.