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La relatora de la ONU para Palestina se inventa que los muertos en Gaza son 680.000

La controvertida relatora de la ONU, Francesca Albanese, eleva sin pruebas los muertos en Gaza a 680.000, más de diez veces la cifra que da Hamás.

Francesca Albanese en un acto de Sumar en Madrid | Cordon Press

La relatora especial de la ONU para los Territorios Palestinos, Francesca Albanese, ha lanzado este lunes una nueva andanada contra Israel, especulando con una cifra de muertos en la Franja de Gaza que multiplicaría por diez la ofrecida por el grupo terrorista Hamás. Según Albanese, podría haber hasta 680.000 fallecidos, una cifra que ella misma admite que "será difícil probar o refutar".

Las autoridades de la Franja, controladas por Hamás, un grupo terrorista que usa la muerte de los palestinos como arma propagandística y tiene, por tanto, todos los incentivos para exagerarla, sitúan la cifra total de fallecidos en 64.900 desde el inicio de la guerra, desatada tras los ataques terroristas cometidos por ellos mismos el pasado 7 de octubre de 2023.

En su rueda de prensa, la relatora ha desglosado este balance sin aportar ninguna metodología o fuente verificable, afirmando que 380.000 de las víctimas serían menores de cinco años. Una cifra imposible, dado que no hay en Gaza tantos niños de esa edad. A su juicio, también habrían muerto 1.581 sanitarios, 252 periodistas y 346 empleados de Naciones Unidas, números que contrastan radicalmente con todos los registros disponibles.

Continuando con su rosario de acusaciones, Albanese ha cifrado en 10.000 los palestinos detenidos "de forma arbitraria", a los que Israel, según ella, somete a "hambre, tortura e incluso violaciones". En un dato temporalmente confuso, ha añadido que 75 detenidos habrían muerto bajo custodia israelí "sólo en los últimos 710 días".

¿De dónde viene el número?

Una búsqueda en internet revela que Albanese se ha limitado a repetir las cifras de un estudio firmado por un trabajador social y un bioquímico y publicado el pasado mes de julio en una publicación australiana de la "Nueva Izquierda" de los años 60 que ya publicó artículos justificando el 7 de octubre justo después del pogromo.

Si quieren hacerse una idea básica de su rigor, señalan como confirmación de sus análisis que el extremadamente fiable Donald Trump, un político que sabemos que siempre dice la verdad y además da cifras exactas y ajustadas en todas sus declaraciones, dijo en mayo que quería desplazar a 1,7 millones de gazatíes. Dado que el censo antes de la guerra era de 2,4 millones, ahí tienen que hay muchas más muertes en Gaza de las que dice Hamás. Y lo dejan escrito sin sonrojarse siquiera.

Pero entrando en la metodología, los autores parten de un estudio publicado en Lancet en enero que aseguraba que Hamás no contaba todas las muertes y que éstas eran un 41% más. Dicho trabajo ya fue criticado severamente en su momento por varias razones. Para empezar, emplea tres listas diferentes de fallecidos pero las mezcla con un algoritmo que las trata como si fueran independientes. Sin embargo, la primera es la lista oficial de Hamás, que ya emplea las otras dos para completar los datos que recopila directamente, de modo que la metodología está infectada de raíz.

Además, el algoritmo que emplearon para identificar cuántas muertes reportadas en medios sociales estaban ya incluidas en las otras dos listas, fallaba en todos los casos en que la publicación en redes sociales no incluía la edad, que era un 30% de toda la lista, de modo que ninguna de esas muertes se consideró duplicada. Emplea cuatro modelos para hacer la estimación final, sin que estuviera para nada claro por qué eligieron el segundo en dar la cifra más alta. Eso, junto con otros errores y el hecho de que sus autores eran conocidos activistas antiisraelíes, algo que The Lancet no advirtió al publicar el estudio porque contra Israel todo vale, dejó el trabajo más como una conclusión preconcebida en busca de razones con las que sustentarla que como una investigación seria y honesta.

Pero lo que han hecho con ese estudio para alcanzar la cifra de 680.000 es aún más ridículo. Han cogido el 41% de diferencia entre las cifras de Hamás y las supuestamente reales, han decidido que por cada muerte directa hay cuatro muertes indirectas y han sumado ambas cifras. Sin más. Ese multiplicador, sin embargo, no es más que una suposición, que los autores dan por "conservadora" a la vista de cuál es el dato en otros conflictos. Dado que en Kosovo no hubo muertes indirectas, una estimación "conservadora", sería cero. Previsiblemente, serían más, pero no hay ninguna razón objetiva para elegir un multiplicador concreto.

Sin embargo, el razonamiento es erróneo de raíz, dado que la propia lista original que da Hamás ya incluye muertes indirectas. De modo que, al menos en parte, estarían multiplicando por cuatro no sólo las muertes directas, sino también las indirectas. Con este rigor, no es de extrañar que cometan el ridículo error de cifrar en 380.000 los menores de cinco años muertos cuando ningún censo de Gaza ha dado jamás una cifra tan alta de menores de cinco años.

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