
Los aranceles al coche eléctrico chino, adoptados entre acusaciones de competencia desleal a Pekín por las subvenciones a su industria, seguirán adelante en la UE tras la votación celebrada este jueves para dirimir si se vuelven permanentes o no.
Sólo cinco países han votado en contra de la propuesta formal de la Comisión Europea de mantener los gravámenes. Según fuentes diplomáticas, España y otros once países se han abstenido y otros diez han votado a favor. Para bloquear la decisión de seguir adelante con los aranceles se requería un bloque de al menos quince países que representara un 65% de la población.
Entre los países en contra de los aranceles estaba Alemania: el país más poblado de la UE y la mayor potencia automovilística de la unión no pudo hacer valer su posición, liderada por el canciller Olaf Scholz y cuestionada por sus socios verdes. La industria automovilística alemana teme por las consecuencias de los aranceles para sus propias fábricas y proveedores en China mientras el país tiene a China como su principal socio comercial y uno de los principales importadores de vehículos.
El temor a las represalias a Pekín, sin embargo, no ha sido argumento suficiente para hacer decaer los aranceles.
