
La reforma del Santiago Bernabéu no fue un simple lavado de cara: fue una apuesta de futuro que buscaba transformar el estadio en un recinto multifuncional capaz de generar ingresos los 365 días del año. Bajo el liderazgo de Florentino Pérez, el Real Madrid levantó una infraestructura puntera, con tecnología de vanguardia, césped retráctil, un videomarcador 360º y espacios premium que lo colocan a la altura de los mejores estadios del planeta.
Pero esa ambición se enfrenta hoy a un escollo inesperado: la suspensión temporal de los conciertos por el conflicto vecinal en torno al ruido. Aunque el club ha mostrado voluntad de diálogo y ya trabaja en un plan de insonorización, las limitaciones actuales han dejado en pausa una vía de ingresos que podría aportar cuantiosos ingresos a las cuentas anuales de un equipo que, al insistir en mantener su propiedad en manos de sus socios, depende exclusivamente de su capacidad de facturar dinero si quiere seguir compitiendo con los petrodólares y los tiburones financieros que están entrando con fuerza en el mercado del fútbol.
Sin embargo, las quejas vecinales que despertaron los conciertos celebrados durante el año 2024 han impedido que el Real Madrid siga materializando esta línea de negocio, con el consecuente golpe a sus cuentas y el daño paralelo causado a la economía de la capital española, que se había empezado a beneficiar sobremanera de la enorme afluencia de público cosechada por grandes eventos como los que protagonizó el cantante mexicano Luis Miguel.
Un plan brillante y un problema inesperado
La remodelación, inicialmente valorada en 575 millones de euros, se fue encareciendo al incorporar distintas mejoras tecnológicas, como el sistema de césped retráctil que se aloja bajo el terreno de juego. Así, los costes fueron subiendo hasta dejar la financiación total solicitada por el club en 1.170 millones, divididos en el préstamo original de 575 millones materializado en 2019, una segunda operación de endeudamiento de 225 millones articulada en 2021 y un tercer tranco valorado en 370 millones que se cerró en 2023.
El club ha financiado este proyecto mediante préstamos estructurados sin avales públicos, con tipos fijos negociados a largo plazo, con entidades de gran solvencia y condiciones favorables que poco o nada tienen que ver con los muchos problemas financieros que está enfrentando el FC Barcelona, eterno rival de los blancos, a la hora de cubrir los costes de renovación de su estadio.
Los retornos previstos tras la reforma del estadio contemplaban una notable mejora de la facturación, que incluía los siguientes conceptos:
- Conciertos y grandes eventos. En el segundo semestre de 2024, el Real Madrid elevó a 12,7 millones los ingresos obtenidos de la explotación de su estadio para eventos. El grueso de esta cifra se explica por los siete conciertos que acogió el Bernabéu antes de la suspensión de estas actividades. Por comparación, el conjunto de la temporada 2022-2023 se cerró con una facturación de 400.000 euros por este mismo concepto. De haberse celebrado los dieciséis eventos pendientes, la cifra final habría sido cercana a los 30 millones.
- SkyBar y restauración de lujo. Este epígrafe, que no se ve afectado por la imposibilidad de celebrar conciertos en el estadio, 15 y 20 millones de euros anuales previstos por la explotación gastronómica en las zonas VIP y rooftops, dirigidos a público internacional y corporativo.
- Museo y visitas guiadas. Ya en 2023, el Bernabéu recibía más de 1 millón de visitantes anuales pero, con las nuevas instalaciones se esperaba duplicar esa cifra, generando más de 30 millones de euros al año solamente por entradas y merchandising.
- Partidos NFL y otros eventos deportivos: se proyectaba que un solo partido de fútbol americano podría generar entre 10 y 15 millones de euros de ingresos por taquilla, patrocinio y diversos derechos especiales. Solamente las aportaciones de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid al partido previsto para este otoño supondrán 3 millones de euros de ingresos.
Obstáculos temporales… y soluciones en marcha
Como es sabido, los conciertos se encuentran detenidos tras las denuncias de un grupo de vecinos del barrio de Chamartín. Recientemente, el Ayuntamiento que dirige José Luis Martínez-Almeida se ha pronunciado sobre esta cuestión y ha reconocido la importancia estratégica del Bernabéu como activo cultural y económico para la ciudad, y mantiene una postura constructiva: "queremos que haya conciertos, pero respetando el descanso vecinal", ha explicado el alcalde.
De momento, el Real Madrid ha encargado a la ingeniería Arup y a la firma Vanguardia un ambicioso proyecto de insonorización valorado en 10 millones de euros— que incluye tres grandes actuaciones:
- Instalación de paneles fonoabsorbentes.
- Automatización de puertas en los accesos a las gradas.
- Diseño de una "segunda piel" acústica en la envolvente exterior.
En paralelo, el club ha asumido las sanciones impuestas por el consistorio (unas 11 actas, valoradas en 800.000 euros) y, a cambio, la corporación municipal trabaja para adaptar sus estándares a los de estadios europeos con entornos urbanos similares, como Wembley (Londres) o el Stade de France (París), donde las normativas de ruido son algo más flexibles y permiten eventos con límites de decibelios más altos y horarios extendidos. La posible salida pasa también por establecer un tope de diez conciertos de gran formato como fórmula de equilibrio. Asimismo, el Real Madrid se ha ofrecido a insonorizar las viviendas de los vecinos de la zona que se sientan afectados por el ruido.
Problemas en el Metropolitano e IFEMA
Pero, mientras el Bernabéu avanza hacia la resolución de estos problemas, otros recintos de Madrid empiezan a estar afectados por este problema. Así, los vecinos del entorno del Riyadh Air Metropolitano, en los barrios de San Blas y Canillejas, han denunciado que los conciertos al aire libre superan los niveles acústicos legales, interfiriendo en su descanso y calidad de vida.
Paralelamente, IFEMA ha decidido suspender todos sus eventos al aire libre para 2025, citando las reiteradas quejas vecinales por ruido. Sus responsables explicaron que no se cancelan los festivales, sino que se trasladan a recintos cerrados, reubicarán los eventos y mantendrán solo programación indoor, confirmando que promotores ya buscan ubicaciones alternativas


