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BBVA admite hasta riesgos reputacionales y políticos en su OPA sobre el Sabadell

Abre la puerta a retirar la operación admitiendo más riesgos de los que señaló en su última junta.

Abre la puerta a retirar la operación admitiendo más riesgos de los que señaló en su última junta.
El presidente de BBVA, Carlos Torres Vila, en una imagen de archivo | EFE

Se le está amargando el verano a BBVA. La última junta de Banco Sabadell aprobando la venta de TSB a Santander y aprobando el macrodividendo de 3.600 millones de euros hasta 2027 por unanimidad y con el mayor quorum de asistencia que se recuerda desde 2004 (y eso que nos encontramos en pleno verano), ha puesto muy difícil la operación para la entidad que dirige Carlos Torres. Una operación que también ha contribuido a torcer vehementemente el Gobierno de Sánchez, oponiéndose casi desde el primer momento y alargando la aprobación hasta la náusea, convocando incluso una consulta pública de la que ni siquiera hemos conocido los resultados completos o los criterios de depuración de los mismos.

Ahora, a pocas semanas de que finalmente se produzca el plazo de aceptación de la OPA BBVA está deslizando la posibilidad de retirar su OPA hostil. Uno de los motivos principales es una de las condiciones que puso el Gobierno para aprobar la operación y es prohibir la integración de ambas compañías durante tres años, lo que significa soportar una estructura de costes distinto al que tenía el BBVA en sus planes iniciales.

Tras la Junta del Sabadell, BBVA ha confesado abrir un proceso de revisión de la operación, en el que tiene un papel relevante los costes que las sinergias pueden tener por la condición del Gobierno de impedir la integración entre ambas compañías.

En el suplemento remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores la entidad que dirige Carlos Torres dice:

"BBVA está revisando las sinergias de costes operativos y de financiación que se podrían materializar durante los primeros tres años (o eventualmente, cinco primeros años) como consecuencia de la toma de control de Banco Sabadell y aquellas que se podrían materializar una vez que la condición del Consejo de Ministros deje de estar en vigor y se pueda llevar a cabo la fusión".

Mediante este suplemento, el banco actualiza los factores de riesgo a los que se enfrenta con carácter general, así como sus previsiones tanto de negocio como macroeconómicas en los mercados en los que opera.

En el caso de que la oferta finalmente se produzca, el banco ha admitido que "no puede asegurar" que se alcancen "algunos o todos" los beneficios esperados con la operación, incluidos la reducción de costes y las sinergias de financiación. Por lo que no descarta retirar la operación.

Y es que cuando anunció la OPA, BBVA preveía 850 millones de euros en sinergias de costes: 450 millones por tecnología y administración, 300 millones por ahorro de personal y 100 millones por financiación.

En el documento, BBVA defiende que la toma de control de Banco Sabadell y su integración en BBVA "crea valor para los accionistas de ambas entidades", a pesar de que la condición del Consejo de Ministros retrasaría la implementación de las sinergias derivadas de la fusión.

El Gobierno seguirá teniendo la última palabra

Una de las reflexiones que hace el BBVA es que sigue teniendo la intención de fusionar ambas compañías cuando expire el plazo dado por el Gobierno de tres años, sin embargo, el banco advierte de que, en todo caso, esta fusión tendrá que ser autorizada por el que sea ministro de Economía dentro de tres años. Y si no se produce ese visto bueno, "es posible que resultase más difícil integrar las operaciones de BBVA y Banco Sabadell, pudiendo derivar en un proceso de integración complejo con un mayor consumo de tiempo y recursos del inicialmente previsto". Y esto puedo derivar en que no se materialicen buena parte de los beneficios que esperaban con esta operación.

Por este motivo, en los últimos meses, Carlos Torres ha venido defendiendo que el Banco lograría conseguir la mayoría de las sinergias, incluso aunque no se produjera la fusión. Así lo hizo durante la junta general de accionistas del pasado marzo. "La operación sigue siendo atractiva en el escenario de no fusión. La mayor parte de la sinergia se conseguirían, ya que la mayoría provienen de tecnología, sistemas y otros gastos administrativos generales", afirmó Torres entonces. Sin embargo, ahora está deslizando la posibilidad de retirar la OPA.

Asimismo, el banco enumera otra serie de riesgos, como integrar al personal, las operaciones, coordinar los centros corporativos, la retención de clientes, el mantenimiento de las relaciones comerciales, lograr ahorros de costes, encontrar contingencias inesperadas o verse involucrado en litigios relacionados con la OPA.

Finalmente, concluye que "la imposibilidad de liquidar la oferta podría afectar de forma negativa a la reputación de BBVA y generar reacciones adversas en inversores y clientes, así como afectar negativamente a la relación de BBVA con sus empleados y sus clientes", ha recalcado el banco.

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