
El resumen verídico de la España idílica de Sánchez es el siguiente: 3,2 millones de desempleados reales en edad de trabajar, 2,2 millones de personas viviendo del IMV (ingreso mínimo vital, diseñado para la gente sin recursos) y 1,2 millones de personas que faltan diariamente a su trabajo pese a cobrar sus sueldos pagados por las empresas en pleno auge del absentismo.
La fotografía real es la de un país en el que un colectivo de 21,8 millones de cotizantes a la Seguridad Social -donde se encuentran más de tres millones de empleados públicos- mantiene, ya sea con prestaciones públicas o apoyo familiar privado, a más de seis millones de personas que no trabajan pese a poder hacerlo y que financia una bolsa de 10,3 millones de pensiones. Pero Sánchez habla del "sueño español".
Las cifras
Los datos son demoledores. Y justo en la dirección contraria a la que publicita el Gobierno de Pedro Sánchez. El análisis en profundidad de la situación económica muestra a España como líder en paro en la UE -total, femenino y juvenil-; como segundo país europeo con mayor pobreza infantil; tercero en pobreza relativa total y segundo en incapacidad de las familias para irse de vacaciones. Pero hay más.
La afiliación total en España está integrada por 21.865.503 de personas. Un colectivo inflado en los últimos años con puestos públicos y que alberga a más de tres millones de empleados del sector público.
Sea como sea, ese es el grupo que trabaja en un país en el que no deja de crecer el gasto diario. Y en ese gasto se encuentra un paro registrado de 2.405.696 personas y más de 800.000 inactivos adicionales que no entran en la estadística oficial por ser fijos discontinuos sin trabajo real.
Hay más: el colectivo que depende para poder vivir de la renta mínima garantizada por carecer de otros recursos (IMV) -personas en situación de pobreza- asciende ya a 2,2 millones. Y todo ello mientras el Gobierno no deja de felicitarse porque la cifra aumente pese a no reconocer una evidente crisis de poder adquisitivo.
El absentismo laboral
Por último: los datos de absentismo laboral hablan de cerca de 1,2 millones de personas que no acuden a sus puestos de trabajo cada día.
Y eso supone una suma total de 6,6 millones de personas que dependen de los distintos sistemas de solidaridad españoles -ya sean públicos o estrictamente familiares-. Más de seis millones de personas que podrían trabajar y no lo están haciendo. Justo cuando Pedro Sánchez alardea de haber cumplido el "sueño español".
Con todo ello es más fácil comprender que, mientras Sánchez afirma que la economía va como un cohete, otro mes más somos el país con peores datos de desempleo de Europa. Así, mantenemos la mayor tasa de paro de Europa: 10,4%, casi el doble que el 5,9% de la UE; la mayor tasa de paro juvenil: 24%, frente al 14,7% de la UE; y la mayor tasa desempleo femenino: 11,7%, de nuevo, casi duplicando el 6,0% de media europea.
En resumen, que uno de cada cuatro desempleados de la zona euro se genera en España. El país que Sánchez afirma que nunca había vivida así de bien en materia económica.
Las cuentas de cotización (empresas y autónomos con trabajadores) desde que Gobierna Sánchez (2019) en relación a julio de 2025 tampoco muestran una visión optimista: han caído en 65.000 personas.
Y los contratos realizados cada mes se dividen de la siguiente manera: contratos a tiempo total: el 14,6%; a tiempo parcial: el 9,9%; fijos discontinuos: 13,8%; y temporales: 61,6%. Resultado: de cada 100 contratos firmados, sólo son indefinidos y a tiempo completo menos del 15% de los contratos. Dicho de otra manera, se reduce el peso de los contratos indefinidos a jornada completa y aumenta el peso de los temporales y a tiempo parcial.


