Menú

Andy Mayer: "La apuesta energética de España es suicida"

El experto del IEA considera que España "empieza a pagar ahora el precio de tantos años de políticas energéticas equivocadas".

El experto del IEA considera que España "empieza a pagar ahora el precio de tantos años de políticas energéticas equivocadas".
Andy Mayer. | Libertad Digital

El próximo 13 de diciembre se celebra en Madrid el I Foro Internacional sobre Economía, Clima y Energía, un evento programado por el Instituto Juan de Mariana en la Universidad San Pablo CEU que reunirá a expertos de primer nivel como Bjorn Lomborg o Michael Shellenberger, entre otros muchos invitados. Otro de los gurús internacionales que pasarán por la cumbre es Andy Mayer, uno de los más destacados comentaristas de la actualidad energética en Reino Unido, donde ocupa un cargo de responsabilidad en el Institute of Economic Affairs. LD se ha entrevistado con él para conocer sus reflexiones sobre el pasado, el presente y el futuro de la cuestión climática.

¿Qué pensó cuando ocurrieron los recientes apagones en España?

Mi reacción inicial fue bastante instintiva: era, precisamente, el tipo de crisis que muchos expertos llevábamos advirtiendo desde hace años. Con el paso de los días, esa impresión se confirmó. España arrastra problemas acumulados derivados de una apuesta suicida. Ahora, esos problemas se han manifestado todos a la vez: falta de planificación, señales erróneas a los inversores y un sistema eléctrico para cuyo diseño se priorizó la estética política sobre la funcionalidad. Era un problema anunciado y finalmente ha terminado estallando. Como regla de oro, diría que ningún gobierno puede sobrevivir un apagón y, en este caso, creo que la sociedad española ha empezado a darse cuenta de lo que está pasando y de los graves errores que se han cometido. Están empezando a pagar ahora el precio de tantos años de políticas energéticas equivocadas.

¿Dónde sitúa los errores de la transición energética española y europea?

Europa ha impulsado una agenda renovable ambiciosa, pero bajo supuestos que no encajaban con la realidad económica. Recuerdo que el Instituto Juan de Mariana alertó en su momento de que la agenda verde, tal y como se estaba implementando en España, destruiría tres empleos por cada nuevo puesto de trabajo creado. Esa advertencia tuvo un gran eco a nivel internacional, pero la agenda siguió aplicándose y ahora vemos las consecuencias. Los pleitos que ahora vemos con los inversores que denunciaron a España son también un claro reflejo del desorden que causaron aquellas políticas. La conclusión de fondo es clara: las renovables tienen un papel, y ese papel sin duda puede ser positivo, pero necesitan integrarse en un mix energético estable y económicamente sostenible.

¿Se ha exagerado el enfoque climático en detrimento de la prudencia económica?

Ha existido negacionismo climático, sí, pero también un negacionismo del coste real de las soluciones propuestas para lidiar con el problema. Cerrar centrales nucleares, como Alemania hizo y como España quiere hacer, es un error monumental. Las políticas públicas no pueden basarse en lo que nos hace sentir bien moralmente, sino en lo que funciona. La única forma de proteger el medio ambiente es mediante economías prósperas, capaces de invertir en tecnologías sostenibles. Los países pobres no contaminan menos porque quieran, sino porque no pueden permitirse hacerlo mejor.

Los retos climáticos son reales, pero no deben exagerarse. España, por ejemplo, sabe mucho de calor y se ha adaptado históricamente mediante climatización, mejoras arquitectónicas y mejores sistemas de aislamiento. La tecnología y la innovación son las auténticas aliadas. Lo que no tiene sentido es utilizar el clima como justificación para decisiones energéticas que reducen la prosperidad y, por tanto, limitan la capacidad de adaptación.

¿Cómo ve el futuro de la energía nuclear en Europa y especialmente en Reino Unido?

En Reino Unido la energía nuclear llegó a representar el 20 % de la electricidad, y hoy ronda el 12 %. Las futuras centrales no van a resolver el problema a corto plazo, de modo que actuar ahora es crucial. Si no aceleramos los procesos regulatorios, la brecha energética será cada vez mayor y habrá que recurrir a fuentes más caras e inestables. Considerando todo lo que hay en juego, soy optimista respecto al desarrollo nuclear. En Reino Unido ya se han aprobado medidas de desregulación inspiradas en Corea del Sur, donde construir reactores lleva entre 4 y 6 años, frente a los 14-18 años británicos. La diferencia no es tecnológica, sino regulatoria. Hay inversores con apetito; lo que falta es certidumbre regulatoria y menos intervencionismo. El riesgo surge cuando los gobiernos designan "campeones industriales", como se está haciendo con Westinghouse en Estados Unidos o Rolls-Royce en Reino Unido, en lugar de permitir que el mercado determine qué empresas y qué tecnologías son las que deben prevalecer.

¿Qué papel debe tener el Estado en el sistema energético?

El gobierno debe mantenerse al margen de la producción energética. Puede tener sentido invertir en I+D, pero el grueso del desarrollo debe venir de las empresas. Son sectores con altos costes de capital y ciclos largos; añadir más burocracia solo los alarga. La tecnología ganadora debe seleccionarla quien compra energía: familias y empresas, que se preocupan tanto por la sostenibilidad ambiental como por la económica. Los gobiernos fracasan cuando intentan sustituir ese proceso.

¿Y qué lecciones deja el caso alemán?

El caso alemán es el ejemplo perfecto de cómo una decisión ideológica puede volverse contra uno mismo. La campaña antinuclear llegó desde Dinamarca, se instaló en Alemania y coincidió con el convencimiento de que depender del gas ruso era una opción aceptable. La invasión de Ucrania desnudó la magnitud del error. La potencia industrial de Europa se encontró sin autonomía energética. La principal lección es evidente: cuando renuncias a la seguridad energética, no la recuperas fácilmente.

Temas

En Libre Mercado

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal