"Quiero solicitar que se incorpore al diario de sesiones la violencia política que se está ejerciendo en este momento en la sede de la soberanía popular para que no se borre, para que después de mí no venga ninguna. Para que todo el mundo pueda recordar la violencia política y a quienes la ejercen (...)". Esto fue lo que dijo Irene Montero después de que la diputada de Vox, Carla Toscano, afirmara que "el único mérito" de la ministra de Igualdad era "haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias".
Pero este miércoles, seis meses después de aquello, durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, su compañera de filas, la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2023 y secretaria general de Podemos, se vistió con una camiseta que tenía impresa la cara del hermano de la presidenta madrileña, Tomás Díaz Ayuso. Un ciudadano anónimo que no tiene ninguna cuenta pendiente con la justicia.
No hay en esta campaña navajitas plateas. Seguía así Ione Belarra el camino emprendido anoche por la candidata morada en la Comunidad de Madrid, Alejandra Jacinto, durante el debate electoral de Telemadrid, en lo que supone una estrategia desesperada de Podemos para no quedarse fuera del Parlamento regional.
Las camisetas de ambas incorporaban además la frase que el exlíder del PP, Pablo Casado, lanzó en la cadena Cope cuando saltó el escándalo del espionaje que Génova habría ordenado contra Isabel Díaz Ayuso: "La cuestión es si, cuando morían 700 personas al día, se puede contratar con tu hermano y recibir 286.000 euros".
La jefa del Ejecutivo regional ignoró este martes a Jacinto y tampoco este miércoles se ha pronunciado sobre la provocación de Belarra en un acto electoral que mantuvo en Paracuellos del Jarama. Allí todos destacaron el temple de la presidenta, que se limitó a no despedirse de la candidata de Podemos cuando concluyó el debate.
Y no lo va a hacer, apuntan desde el PP. Ayuso no va a seguir el juego ni entrar en la "provocación" de un Podemos que busca desesperadamente que el foco se sitúe sobre su partido en Madrid y sobre unos candidatos muy desconocidos para la opinión pública.
"Oposición tóxica y totalitaria"
Para la presidenta, en el debate se evidenció, "otra vez, un poco más de lo mismo, de lo que estamos acostumbrados: para la oposición tóxica y totalitaria, todo Madrid es un desastre". Debe ser "algo inédito, debe ser que a la gente le gusta sufrir puesto que cada vez más ciudadanos de todos los rincones de España y de todos los lugares del mundo vienen a Madrid a vivir con libertad, con apertura, con bravura, a darnos una sociedad plural", dijo irónica.
"No estamos para hacer manuales de mejor o peor ciudadano, qué consumir, cómo comportarnos, cómo hacer las cosas o cómo encontrarnos. En definitiva, esa malla tóxica y tan totalitaria que está secando nuestra convivencia en España, que nos está dividiendo y que está incluso reescribiendo nuestra propia historia", añadió la presidenta.
En plena resacar pos debate electoral su equipo se muestra satisfecho. No era un debate sencillo, pero fue "la última oportunidad del todos contra Ayuso y ha sido un fracaso", sentencian. Por contra, vieron a la presidenta "mirando a cámara", transmitiendo los mensajes que quería comunicar de forma clara. Estuvo "centrada" en sus temas y "no entró en la provocación".