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Tensión vecinal en Doctor Esquerdo por la contradictoria posición del Ayuntamiento con la retirada de amianto

Aunque el Consistorio insiste en que no hay riesgo, los carteles remitidos a los vecinos piden cerrar ventanas, no tender ropa y evitar ciertas zonas.

El techo de amianto que cubre una nave de 8.000 metros cuadrados | EFE

Las obras de retirada de amianto (un mineral cancerígeno) en un almacén municipal sin uso situado en el número 138 de la calle Doctor Esquerdo han encendido las alarmas entre los vecinos del distrito de Retiro. Aunque el Ayuntamiento de Madrid insiste en que los trabajos se están desarrollando "con todas las garantías" legales y sanitarias, la falta de información previa, las recomendaciones de no abrir ventanas y el traslado de empleados de un edificio municipal próximo han avivado la inquietud vecinal.

Los trabajos comenzaron oficialmente el lunes 7 de julio. Ese mismo día, la Asociación Vecinal Retiro Norte presentó una instancia al Consistorio exigiendo garantías sobre la seguridad sanitaria de las obras. Denunciaron que la única información facilitada hasta el momento había sido la que hoy se ve en los carteles informativos —"cutres y de una empresa que ni siquiera pone su firma", aclaran los vecinos— de los portales de la zona: una serie de recomendaciones para "evitar las incomodidades de la propia demolición". Muchos de ellos, desde sus ventanas, tienen una vista directa del edificio. Más tarde, también hizo lo propio la Asociación de Vecinos Pinos del Retiro Sur.

El Ayuntamiento asegura que la actuación "no va a suponer un riesgo para los vecinos" y resulta "necesaria" para convertir la nave en nuevas dotaciones públicas, específicamente un polideportivo. Explican que la empresa dMol, especializada, registrada en el RERA (Registro de Empresas con Riesgo de Amianto) y encargada del desamiantado, actúa con encapsulado previo del material —que es lo que provoca perjuicio—, limpieza diaria con filtros HEPA y un plan de seguridad avalado por la Comunidad de Madrid. "Es una actuación que se lleva a cabo todos los días en la ciudad", ha defendido el delegado de Urbanismo, Borja Carabante.

Sin embargo, las medidas preventivas recomendadas por el propio Gobierno municipal han generado cierta inquietud entre los vecinos: se les ha pedido mantener las ventanas cerradas; no tender la ropa en el exterior; y evitar el uso de piscinas durante las horas de trabajo (de 7 a 13 h). Además, los trabajadores del Área de Vivienda, ubicado en un edificio colindante, han sido enviados a teletrabajar "por estar en proceso de traslado", según la ahora alcaldesa en funciones, Inma Sanz, aunque desde la oposición y las asociaciones vecinales apuntan a que se trata de una decisión relacionada con la presencia del amianto. El PSOE-M asegura que los funcionarios recibieron instrucciones de teletrabajo por correo.

Con todo esto, el pasado martes, el Pleno de la Junta Municipal de Retiro aprobó por unanimidad—con el respaldo del PP, Más Madrid, PSOE y Vox— instar al Área de Obras a consensuar un calendario con los vecinos y a suspender los trabajos hasta tener una reunión con ellos. Durante el pleno, al que acudieron de manera masiva residentes afectados, se expresaron numerosas quejas por la "falta de comunicación" y la "opacidad" en el proceso. "Nos sentimos indignados, tristes y decepcionados", expresó Pilar Jimeno, vecina del número 140.

"El comunicado dice que la obra se acota en un espacio cerrado. Lamentablemente no es así. Son 8.000 metros cuadrados de nave. Los vecinos vemos polvillo. No está cerrado, ojalá lo estuviera. ¿Cuál es la metodología que están utilizando? Porque no es siempre la misma. Eso nos intranquiliza. Porque lo vemos: no está cerrado. Y no somos técnicos, pero somos personas", dijo también.

Finalmente, el Ayuntamiento se reunión con una treintena de los afectados ayer miércoles. Pese a que el Pleno inicialmente parecía haber paralizado la demolición, la reunión se zanjó con la decisión del Consistorio de continuar con las obras, alegando que el desamiantado terminará en unas tres semanas con el objetivo de eliminar "un problema que los vecinos tienen frente a sus casas desde hace medio siglo". La delegada de Obras, Paloma García Romero, propuso en compensación una comisión de seguimiento semanal y facilitar la documentación técnica de la obra.

Ante esto, Más Madrid ha solicitado un Pleno extraordinario para revisar la actuación y ha acusado al equipo de Gobierno de actuar con "prepotencia" al ignorar la sentencia del distrito. De este modo, desde la formación de Rita Maestre defienden que "seguirán presionando" ante "la cerrazón absurda" del Consistorio con el objetivo de que "se imponga el sentido común". "Animamos a los vecinos a seguir y a no dejarse llevar por la resignación", ha retado uno de los concejales.

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