Mataelpino, un pequeño municipio de la sierra madrileña, se ha hecho un nombre en el calendario festivo gracias a su boloencierro, una peculiar alternativa a los tradicionales encierros taurinos. Desde hace 15 años, en lugar de astados, los vecinos corren delante de una gigantesca bola (a lo Indiana Jones), que desciende por las empinadas calles del pueblo. El resultado es una mezcla de deporte, diversión y cierta dosis de riesgo controlado que atrae a curiosos de toda España e incluso del extranjero.
Carrera infantil y de adultos
La jornada arrancó el viernes a primera hora de la mañana con los preparativos y con el boloencierro infantil. Más de un centenar de niños, acompañados por algunos padres, descendieron la cuesta del pueblo delante y detrás de tres bolas de 40 kilos.
Por la tarde fue el turno de los adultos, perseguidos por la bola principal de casi 300 kilos, que avanza imparable por las calles de la localidad serrana. En total, participaron unos 25 corredores y ninguno sufrió heridas de consideración en ninguno de los tres encierros celebrados este viernes.
Una fiesta que atrae a cientos de visitantes
Con apenas 2.000 habitantes, Mataelpino, en la Sierra de Guadarrama, multiplica su población durante estos días festivos gracias a la expectación que genera su boloencierro. La cita no solo reúne a vecinos, sino también a curiosos de toda la región que quieren disfrutar de esta peculiar fiesta.

