Si algo le reprochan los peruanos a Alan García es su primer gobierno (1985-1990) en el que dejó a un país completamente quebrado y con un enorme índice de inflación. Con su elección en 2006, el líder del APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana) buscaba en todo momento reivindicar su nombre y dejar un país en una mejor situación. Esto último, parece haberlo logrado.
Una de las obras que marcó su primer gobierno fue el tan promocionado Tren Eléctrico. Hace veintiún años, García dejó la presidencia con su gran obra inconclusa y rodeada de numerosas denuncias de corrupción. Los limeños nunca vieron funcionar esa promesa (sólo recorría un par de kilómetros) y lo único que dejó fue una serie de pilares y horrorosas construcciones en varios puntos de la capital. Así, la ciudad tuvo que esperar muchos años para que García volviera al Gobierno y buscara terminar, más de dos décadas después, su gran promesa. Hace sólo un par de semanas, García inauguró el Tren Eléctrico. Eso sí, lo hizo sin que funcione aún para el público. Lo hará, dicen, antes de fin de año, pues de momento estará en una etapa de prueba. Para los expertos, esta obra representa para García cerrar definitivamente el mal recuerdo de su primer gobierno.
Aunque es un tema del que prefiere no hablar, García ha sido muy criticado por haber acelerado varias obras sólo para estar en la foto de la inauguración. Tilda a sus críticos de envidiosos. Pero esto ha ocurrido en varios hospitales (el último en la ciudad sureña de Ica no tiene ni agua ni pacientes), el Teatro Nacional y en otras obras representativas como, por ejemplo, el Estadio Nacional de Lima que ha experimentado un cambio estético destacable. Sin embargo, algunos medios han señalado que aún no está terminado del todo y por eso se tuvo que cambiar el plan de vender entradas para un partido estelar y sólo extender invitaciones para asegurar aplausos en un partido que enfrentó a las selecciones sub 20 de España y Perú. Eso sí, aprovechó el tercer lugar de Perú en la Copa América para presentar a los jugadores y agradecerles su gran participación. Una vez más, gobiernos aprovechándose del fútbol.
De hecho, hace ya tiempo que García prepara su salida por todo lo alto. Con su inalcanzable ego dejó de lado los principales problemas del país para ofrecer un "regalo" a la capital y, desde el pasado 29 de junio, Lima cuenta con su propio Cristo de Corcovado, una escultura de treinta y siete metros que se ha instalado en el "Morro solar", un histórico cerro de la costa limeña. Según el presidente, se trata de un sueño por fin cumplido.
Deja la economía en buena situación
En lo que no hay mucha discusión es que Alan García ha logrado mantener los principales fundamentos económicos del país, lo que ha permitido un crecimiento sostenido del Perú. Eso pese a que durante la campaña electoral de 2006 prometió que revisaría buena parte de los TLC (Tratados de Libre Comercio) firmados en el gobierno de Alejandro Toledo, entre ellos el de EEUU. No lo hizo y por el contrario los impulsó y su gobierno logró otros tantos.
Sólo un día antes de dejar el cargo a manos de Humala, García afirmó que se siente satisfecho con la labor de su Gobierno en los últimos cinco años. Durante la última sesión del Consejo de Ministros, dijo: "Quería agradecer a todos los que han puesto una gran cuota de esfuerzo en un trabajo que cada día se desempeña de la mejor manera. (...) Cuando se apaguen las pasiones, la historia sabrá reconocer lo que los ministros lograron con esfuerzo".
Aunque es verdad que el tema económico ha seguido su buen camino, García deja muchos problemas sin resolver en la agenda presidencial como el aumento de los conflictos sociales y la creciente inseguridad ciudadana, dos puntos importantes que han oscurecido su Gobierno.