
"La Administración estadounidense ha anunciado que quiere cambiar y optar por el camino del diálogo. Ese cambio debe ser fundamental y no solo táctico", precisó después Ahmadineyad en un largo discurso en el que enumeró los logros conseguidos por la revolución islámica iraní en los últimos años.
Irán y Estados Unidos rompieron sus lazos diplomáticos en 1980, tras el triunfo del alzamiento popular contra la monarquía autoritaria del último Sha de Persia, el pro occidental Mohamad Reza Pahlevi.
La semana pasada, el nuevo presidente norteamericano, Barack Obama, reiteró la disposición de su país a tender la mano si "Irán abre el puño". El mandatario persa aprovechó los fastos del aniversario para repetir su primera respuesta: "el pueblo iraní recibe con beneplácito estos cambios y está dispuesto al diálogo, pero en un ambiente justo y lógico".
"Estados Unidos se ha percatado de que no sirve la fuerza y por eso ha optado por cambiar. Durante muchos años han intentado oponerse a Irán y no lo han conseguido. El pueblo iraní ha logrado imponerles su voluntad", afirmó.
El líder iraní dijo además que "voy a revelar algo. Hoy día Irán ya no está bajo la sombra de la amenaza. La amenaza se ha acabado. En muchas ocasiones han hecho planes y se han desplegado para atacar. Dijeron, primero Afganistán, luego Irán y después Irán, pero no pudieron".
El discurso de Ahmadineyad, firme y en ocasiones conciliador, contrastó con el despliegue propagandístico previo, durante el que se instó a los manifestantes, desde la tribuna principal, a gritar "Muerte a Estados Unidos, muerte a Israel". "La administración estadounidense no ha ahorrado esfuerzos en los últimos treinta años para intentar derrocar a la República Islámica. Subrayamos que resistiremos a toda conspiración, sea directa o de terciopelo, mientras observamos si existe un giro verdadero en la política del Gran Satán", gritó un conocido presentador desde el estrado.